T.C.A., la joven acusada de matar a su pareja sentimental de una puñalada en el corazón tras una discusión "por celos de ambos" en la localidad de El Casar el 2 de septiembre de 2018, ha afirmado que tenía "el miedo en el cuerpo" porque él estaba "superagresivo" y que no podía explicar como llegó el puñal a su pecho. "Me estaba ahogando y creía que me iba a matar", ha expuesto en la sala de la Audiencia Provincial.
La acusada, de 28 años, ha realizado esta declaración durante su interrogatorio en el primer día del juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial de Guadalajara, donde se la juzga de un presunto delito de homicidio con la eximente incompleta de legítima defensa, por el apuñalamiento de R.E.M.R., con quien mantenía una relación intermitente.
Precisamente, al día siguiente de estos hechos le vencía a la víctima la orden de alejamiento a la que había sido condenado por una denuncia de malos tratos interpuesta por ella en 2017.
Esposada y algo nerviosa, la acusada ha admitido el apuñalamiento a su expareja, pero ha enfatizado que la relación sentimental ya había terminado. No obstante, en un video que ella subió a las redes y que se ha mostrado en la sala se ve que él la besa en el pelo y así lo admite la acusada. También ha asumido que la discusión comenzó por reproches mutuos por otros hombres y mujeres.
Según ha relatado la procesada, esa noche ambos habían coincidido en la plaza del pueblo porque eran fiestas y él le "insinuó" que se había acostado con otras personas a lo que ella le recriminó también que él estaba con otras mujeres.
Había tomado unas copas, la discusión se fue acrecentando y ya en la casa, él le "apretó" los ojos contra la pared y empezó a insultarla y a darle golpes. "Tenía el miedo en el cuerpo", ha dicho tras explicar cómo la estampó "contra una mesa de mármol y contra los tendederos" y alegar que tuvo que responder a los golpes para defenderse.
"Mi instinto me llevó a agarrarle", ha señalado tras hacer referencia a como él la "arrastró" hasta la habitación donde forcejearon con las manos, mientras él intentaba ahogarla "todo el rato".
Después de que él saliera a la ventana y gritara que ella también le estaba pegando, la acusada se fue a la cocina y cogió el cuchillo "más grande" que había y regresó a la habitación, le amenazó, clavó el arma en el colchón y tras decirle que "ya no podía más", salió hacia la casa de sus padres, según ha relatado.
Al llegar, llamó al timbre pero nadie salió, y cuando se quiso dar cuenta ya lo tenía "encima" y ahí, según ha relatado, la "estampó" contra un coche y comenzó a asfixiarla y pincharla con el cuchillo que llevaba tapado. Fue entonces cuando ella se lo quitó y le apuñaló, aunque ha subrayado no podía explicar cómo llegó el puñal al pecho.
Ha confesado que "le dio" pero que no sabía que se lo estaba clavando en el corazón. A continuación, él "se echó hacia atrás" y le dijo sorprendido: "Tamara, me has matado, me has matado" y en ese momento le sacó el arma del pecho, le taponó la herida y con la ayuda de un vecino lo llevaron al centro de salud, donde ha asegurado que llegó con vida.
En la sala se ha escuchado la conversación que esa noche tuvo con la procesada su amiga y cuñada de la víctima, a la que llamó para contarle lo sucedido y le dijo que cogió el cuchillo y se defendió y que no sabía como había podido hacer eso pero que la estaba pegando y que tenía la casa destrozada. "Hoy le he plantado cara, me estaba ahogando, que sea lo que Dios quiera", decía en el audio que se ha escuchado.
Durante la vista y a preguntas de su letrado, la procesada ha subrayado que le había pegado "mil veces; no una, sino mil" y que si no le había denunciado en otras ocasiones fue porque no quería que le pasara nada ni que volviera a la cárcel, donde ha señalado que ya había estado por otro delito.
Según ha recordado, en algún momento llegó a pensar que era mentira lo que pasaba y que él solo trataba de darle pena para que volviera a su lado pero que le quería "muchísimo" porque tras estos hechos, ya en prisión, había intentado quitarse la vida en varias ocasiones.
Por su parte, el Ministerio Fiscal ha solicitado para la acusada una pena de siete años de cárcel por un delito de homicidio con la eximente incompleta de legítima defensa.
Según la fiscal, en un momento de la discusión, la acusada le asestó una puñalada tan fuerte que le atravesó el corazón sin que el fallecido tuviera ninguna posibilidad y aunque ha reconocido que lo llevó al centro de salud y que actuó para defenderse, ha considerado que lo hizo "de manera desproporcionada e innecesaria" y que podía haber llamado a las Fuerzas de Seguridad.
También ha incidido en que si la procesada tenía la prohibición de acercarse a Ramón porque había una orden de alejamiento, no debería haber consentido ese acercamiento porque "era consciente y sabía perfectamente lo que hacía".
Por el contrario, la defensa ha apuntado que su patrocinada debería obtener el veredicto de inocencia porque los hechos ocurrieron bajo la vigencia de una orden de alejamiento, ya que ella era víctima de malos tratos, así como que actuó bajo un "miedo insuperable".
También ha considerado que el apuñalamiento en el corazón fue fortuito y ha presentado a su defendida como una víctima, adicta al alcohol y que ese día se encontraba bajo los efectos del mismo.
Y en el caso de que se considere que ha habido infracción penal, el letrado que representa a la acusada ha pedido una pena por homicidio imprudente, asegurando que ella salió de casa sin el cuchillo y que en todo momento quiso evitar su fallecimiento, que además sufrió una enajenación mental y que intentó auxiliarle al llevarlo al centro de salud.
La vista se reanudará el lunes y pasarán por la sala 18 testigos y peritos. En principio está previsto que el juicio finalice el próximo jueves, 24 de octubre.