A las siete de la mañana, los vehículos que intentaban acceder a Guadalajara desde Cabanillas del Campo por Julián Besteiro no podían hacerlo. En sentido contrario, tampoco. Una gran balsa de agua cubría completamente la calzada bajo Francisco Aritio, un túnel que ya se ha visto en las mismas circunstancias más de una vez.
Vehículos de la Policía Local de Guadalajara cortaban el paso por la parte de la capital, mientras que los más madrugadores tenían que buscar una salida hacia Marchamalo, por la carretera que discurre paralela al polígono de El Ruiseñor.
Durante la mañana, el Ayuntamiento de Cabanillas confirmaba que la situación estaba causando retrasos en los autobuses interurbanos de la localidad, acumulando una media hora de demora y circulando por la carretera de Marchamalo.
El problema terminará, como en anteriores ocasiones, cuando los bomberos han logrado achicar la gran cantidad de agua acumulada, algo que ha ocurrido antes del mediodía.
