La temporada de bodas en Castilla-La Mancha prevista para los meses de marzo, abril y de mayo se ha volatilizado. Clientes y empresas miran a los meses de septiembre y octubre como nuevas opciones. Debido a la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus, los establecimientos que se dedican a este negocio se han esforzado por facilidades a sus clientes y, entre todo, encontrar nuevas fechas en el calendario.
En Guadalajara, los propietarios de la finca ‘Huerta del Obispo’ en Sigüenza, que lo son también del restaurante con estrella Michelin ‘El Doncel’, creen que los eventos que se mantengan este verano serán «muy reducidos, porque hay miedo».
Enrique Pérez, cocinero y copropietario de este negocio, ha apuntado que las bodas y comuniones previstas para abril y mayo se están tratando de «mover» a otras fechas disponibles a partir de septiembre y que hay eventos que «se van a perder».
Además, está convencido de que las grandes celebraciones se convertirán en reuniones familiares muy reducidas por precaución y miedo. «Las bodas que eran de 200 invitados se quedarán en 50 y las de 100 en 20».
Este es el escenario que percibe a día de hoy este empresario, que da la temporada «prácticamente por perdida» porque «la gente no querrá asistir a celebraciones sociales numerosas, porque hay sensación de pánico», lo que va a influir en que muchos eviten grandes aglomeraciones.
De su lado, la gerente del Grupo Lino, Cristina de Lucas, entiende que «la mayoría» de los eventos «siguen en pie» aunque ha indicado que algunos sí se están planteando la posibilidad de modificar fechas.
«Cancelaciones de bodas y comuniones aún no hemos tenido pero sí bautizos y comidas» Son precisamente este tipo de eventos lo que suelen primar estos meses, en abril y mayo, ha subrayado.
Al igual que Pérez, también desde el Grupo Lino se está ofreciendo a familias o parejas que ya tenían cerrada la fecha del evento, jugar con otras disponibles en meses más tranquilos, sin negar que la incertidumbre puede prolongarse un tiempo aún por determinar.
De momento, muchas pruebas de menús de boda estaban previstas para estas semanas y se han suspendido. «Casi todo está en stand by«, asume De Lucas, en espera de que la situación se vaya salvando. Eso sí, reconociendo que las reuniones masivas tardarán en celebrarse.
En el resto de Castilla-La Mancha, mismo panorama
Desde el Cigarral del Ángel de Toledo, su director gerente, Óscar Rodríguez, ha indicado a Europa Press que la pandemia les sorprendió. «Nadie estaba preparado para esto. Suspendimos la actividad los primeros días hasta que llegó el estado de alarma y hemos tenido que hacer un ERTE y cerrar».
En cuanto a los eventos, en cuestión de bodas ha indicado que desde el establecimiento están intentando facilitar «en todo lo posible» y apoyar sus clientes. «Entendemos que es una situación muy complicada».
«Lo que conlleva la organización de una boda es mucho y estamos haciendo lo posible por ayudarles y darles las mayores facilidades posibles aplazando la boda a otra fecha que esté disponible este mismo año y retrasándolas a los meses de octubre o noviembre», ha reconocido.
Por otro lado, ha señalado que hay otro tipo de novios internacionales que ven la situación «demasiado complicada» y han pedido la posibilidad de aplazar la boda al año que viene. «Estamos siendo bastante flexibles porque entendemos que tenemos que ayudarles».
Con todo, ha esperado poder retomar la actividad cuando esto pare aunque ha reconocido que están expectantes porque habrá que esperar a las decisiones que tome el Gobierno, ayudar a sus clientes «en la medida de lo posible» y trabajar pensando en el futuro.
Desde el Complejo Luna Jamaica de Polán (Toledo), una de sus responsables, Nati Tordesillas, ha indicado que dan el año por perdido y que tras cerrar, las bodas previstas para mayo y abril se están posponiendo aunque las perspectivas de retomarlas no son nada esperanzadoras. «Está todo parado», ha dicho.
En este sentido, ha indicado que no les pueden dar noticias concretas a sus clientes porque no saben cómo va a evolucionar la pandemia y no tienen «nada» de información. «Cómo la pandemia no se arregle esto no va a ser solo un mes», ha lamentado.
Así, ha manifestado que a ello se unirá el miedo de la gente ya que el virus está afectando económicamente a todo el mundo y no sabe si van a querer retomar sus eventos o no después de esto.
En la provincia, la directora del Cuenca Golf Club María Martín, en la localidad de Villar de Olalla, ha explicado a Europa Press que las bodas y bautizos que tenían contratadas para los meses de abril, mayo y junio no las han cancelado, sino que las han aplazado para los meses de septiembre y octubre.
En la misma línea se ha expresado Borja García, gerente del grupo hotelero Cuenca Con Carácter, que engloba hoteles de celebraciones de eventos como el Convento del Giraldo o la Cueva del Fraile.
Así, ha asegurado que los eventos como bodas y comuniones que tenían contratados para los próximos meses aún siguen en la fecha contratada, aunque reconoce que ya se han puesto en contacto con el grupo hotelero para plantear la posibilidad de atrasar los eventos a otras fechas.
«No habrá ningún problema por nuestra parte en mover la fecha de celebraciones de bodas y comuniones», ha indicado García, quien además se ha mostrado confiado en que estas celebraciones «son algo que se puede mover en el tiempo».
En Casa Pepe en Carrión de Calatrava ya han tenido que posponer cinco bodas previstas entre marzo y abril y ya están empezando con las de mayo, que son otras ocho. Trece en total según lo que ha apuntado la responsable de bodas y eventos de este conocido negocio hostelero de la provincia, Pilar Crespo.
Ha explicado que han comenzado a posponer las de mayo porque aunque el estado de alarma acabe en abril seguramente habrá que esperar bastante tiempo hasta que permitan reuniones donde se aglutine gran cantidad de gente como es el caso de las bodas.
Esta situación está produciendo en este negocio «un gran desajuste» sobre todo en lo que se refiere a logística ya que en invierno se prepara todo para la temporada. También ha apuntado que una vez que se puedan celebrar prevén dificultades para encontrar personal.
También en Ciudad Real, Rubén Sánchez, en nombre de Salones Epílogo (Tomelloso), apunta a Europa Press que ya en marzo se han anulado cuatro eventos, y las bodas previstas en abril se mueven a octubre y noviembre.
Mayo, el «mejor mes» para la hostelería, también se verá afectado por las comuniones, a lo que ha sumado otras tres bodas más fechadas en el quinto mes del año que se tendrán que ir a septiembre y noviembre.
En Albacete, el jefe de recepción de ‘El Parador’ ha explicado a Europa Press que por el momento no han tenido que cancelar ningún evento puesto que este año ha coincidido que todas las citas que tenían reservadas para celebraciones son a partir de mayo y junio.
No obstante, ha explicado que a pesar de que en mayo comienzan con las celebraciones de comuniones y en junio con bodas están a la espera de «algún comunicado del obispado» ya que en caso de que se diese alguna orden de prevención se verían obligados a «modificar y mover alguna fecha».
En el otro lado de la moneda se encuentra ‘Salones Maruja’ ubicado en Casas Ibáñez (Albacete) quien se ha visto «obligado» a cancelar un total de cinco bodas entre los meses de marzo y abril y el responsable de dicho salón, Joaquín, lamenta que «lo más probable es que mayo también lo tengamos muy complicado».
Una situación que define como «surrealista» ya que le ha llevado a realizar un ERTE a trece de sus trabajadores y además le está llevando a tener una «preocupación» por la economía del salón por los pagos pendientes.