Tras dos décadas con la Junta de Comunidades teniendo una deuda más que millonaria con Guadalajara es ahora cuando, a la vista de los planes de Toledo para facilitar rodajes de cine en el Fuerte como propuesta unilateral, se ha empezado a animar un debate sobre el mejor uso de lo que aún no se ha derrumbado de esas instalaciones. El incipiente rechazo a la Ciudad del Cine se ha limitado por ahora a algunas personas con cierta relevancia en los ambientes culturales de Guadalajara, que nutren la cuenta de los abajo firmantes de un comunicado.
Piden un debate «serio y argumentado» sobre los futuros usos que pueda tener el Fuerte de San Francisco en Guadalajara. En esencia, reclaman que en ese espacio se cree la Ciudad de la Cultura y no solo la Ciudad del Cine.
Los firmantes iniciales son los siguientes:
- Antonio Herrera Casado
- Antonio Miguel Trallero Sanz
- Blanca Calvo Alonso-Cortés
- Carlos Buero Rodríguez
- Carmen Carreto Loeches
- Eva Ortíz Justel
- Javier López-Roberts
- Jesús Orea Sánchez
- Jorge Badel Roses
- José Antonio Alonso
- Juan Garrido Cecilia
- Juan Leal Pérez-Chao
- Juan Pablo Calero Delso
- Laura Galán Montijano
- Pedro José Pradillo y Esteban
- Rafael De Lucas Vegas
Han remitido el escrito a la alcaldesa, Ana Guarinos, a la que piden que utilice las fórmulas que le proporciona el reglamento de participación ciudadana y habilite un procedimiento que permita un debate público sobre el futuro de esta edificación, entendiendo que si bien la Junta tiene que poner el dinero, deben ser los guadalajareños quienes decidan lo que se hace en este espacio. La carta la han hecho llegar a la Junta de Comunidades.
Antes de hablarse de la Ciudad del Cine en el Fuerte ya había proyectada una biblioteca y estaba decidido y anunciado el traslado de las disciplinas de las Escuelas Municipales. Entienden los firmantes de esta misiva que la propuesta de hacer unos estudios cinematográficos altera sustancialmente las condiciones sobre las que se estableció sobre esa parte de la ciudad un Proyecto de Singular Interés, que generó importantísimas plusvalías a la Junta por el aprovechamiento de numerosas parcelas para la edificación de bloques viviendas.