La cita era en la tarde del sábado, tanto en la plaza de toros de Bargas como ante la televisión, puesto que la novillada fue retransmitida por CMM, la televisión de Castilla-La Mancha.
A las siete y media de tarde se iniciaba el festejo en esa localidad toledana, que acogía la final del certamen «Promesas de nuestra tierra», ya en su séptima edición y a la que llegaba con todas aspiraciones el yunquerano Cid de María, apenas unas horas después del fallecimiento de su abuela paterna. La terna la completaban Miguel Serrano y Alejandro Casado, los tres ante novillos de La Quinta.
La faena a su primero quedó lastrada por los repetidos desarmes. Aún así, cortó una oreja. Fue en el cuarto en el que el guadalajareño ya pudo desplegar todas sus virtudes, especialmente con la derecha, pero también dejando naturales largos y templados. A la hora de matar, se volcó sobre el novillo, que murió de manera fulminante tras el estoconazo. Las dos orejas que recibió de su oponente fueron justo premio a la faena.
A sus 17 años y aún como novillero sin picadores, eran muchas las esperanzas puestas en él, acreditadas también por su actuación en la semifinal, como se puede recordar en este enlace. Ganar era relevante, puesto que por este mismo certamen han pasado nombres como Tomás Rufo, Ángel Téllez o Víctor Hernández, totalmente en el candelero actualmente. No pudo conseguir el triunfo final, que estaba predestinado, por decirlo así, para Miguel Serrano.
En la semifinal de Manzanares, ya había paseado Cid de María dos orejas del segundo, en el que destacó por su toreo al natural, de mano muy baja.
Trayectoria fulgurante la de Cid de María
La trayectoria del joven Cristian está siendo fulgurante. Hace un año, se presentaba como novillero sin caballos. Lo hacía en Yunquera, en la anterior edición de este mismo certamen, para triunfar clamorosamente en el que cerraba plaza, con un toreo reposado y lleno de esencia y poderoso con la espada.