El viernes, retrasos por partida doble. El sábado, retrasos también.
Ya no es que lo diga LA CRÓNICA, sino que tiene que admitirlo Renfe.
Los usuarios, atónitos, protestan como pueden:
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El viernes, retrasos por partida doble. El sábado, retrasos también.
Ya no es que lo diga LA CRÓNICA, sino que tiene que admitirlo Renfe.
Los usuarios, atónitos, protestan como pueden: