Iba a ser una de las bazas electorales del anterior equipo municipal de gobierno y se ha convertido en un nuevo problema para los actuales responsables del Ayuntamiento de Guadalajara. Tanto, que hay casi un millón de euros de fondos europeos en el alero, que son los que estaban previstos para reformar el cuestionable y cuestionado Edificio Negro de la plaza del Concejo.
Los funcionarios municipales andan en estos días concluyendo el expediente para que el alcalde pueda firmar el decreto que da por rescindido el contrato con la UTE Espacio Digital Arriaca. Según ha podido constatar este diario, hay malestar entre los técnicos por el modo en que se han desarrollado los acontecimientos, pero el desenlace parece inevitable: habrá que indemnizar a la adjudicataria, al haber transcurrido más de ocho meses con la obra interrumpida por causas supuestamente ajenas a su voluntad.
Parece que nadie había contemplado previamente que sería necesario retirar amianto del deteriorado edificio y, menos aún, que estos trabajos se iban a demorar y demorar hasta favorecer que la UTE se acogiera a la Ley de Contratos y se retirase de este problemático proyecto, con derecho a ser indemnizada.
Según las diversas fuentes consultadas por LA CRÓNICA, la UTE Espacio Digital Arriaca terminará su paso por Guadalajara con 83.000 euros ingresados en el banco desde las arcas municipales. De esa cantidad, 36.000 euros corresponden a la única certificación de obra por los escasos trabajos acometidos en todo este tiempo. Los restantes 47.000 euros serán a cuenta de la indemnización a la que tiene derecho por el retraso habido.
Las cosas ya se empezaron a ver claras tras las Ferias, cuando el 24 de septiembre de 2019 la UTE (integrada por las mercantiles Cebrián EPS, Casas de la Alcarria y Lavitec Sistemas) solicitaba formalmente llegar a este desenlace.
En un declaraciones a la agencia EFE, el concejal Rafael Pérez Borda llegó a sostener que desde la UTE "querían cambiar cosas sustanciales y mi impresión es que se dieron cuenta que la baja que hicieron no la podían asumir por el precio que ellos licitaron y desde entonces ha ido todo regular”. Difícil insinuar más con menos palabras.
Un "espacio tecnológico" sin fecha
El Ayuntamiento de Guadalajara había anunciado en 2018 que iba a convertir el Centro Cívico en un "espacio tecnológico abierto a los ciudadanos". La obra nunca debería haber durado más de seis meses, para revivir este edificio de cinco plantas y estética más que cuestionable.
La planta baja iba a albergar un área expositiva y de divulgación tecnológica, zona wifi y un área de libre navegación multiplataforma y de navegación wifi, equipada para la estancia de los ciudadanos, con conexión libre y gratuita a través de banda ancha.
Las dos plantas siguientes se preveía contasen con espacios multifuncionales equipados con las más modernas tecnologías. En concreto, la planta 1 iba a disponer de un espacio para poder dar formación a diferentes colectivos, como las personas con mayores dificultades de acceso a las nuevas tecnologías o también para jóvenes. La planta 2 dijeron que contaría con dos áreas: un área de formación (compuesta por dos salas multifuncionales) que pudieran juntarse en un único espacio multifuncional para dar formación a diferentes colectivos, y un área de trabajo, con salas para ser reservadas durante pequeños periodos de tiempo. Estaban pensadas para dar facilidades a los jóvenes estudiantes para que pudieran desarrollar trabajos en grupo para sus estudios de bachillerato o universitarios.
La planta tercera tendría que estar albergando ya la sala de pantallas de gestión de servicios municipales, una sala de reuniones y un despacho de coordinación. Se quería que los inspectores de todas las contratas municipales se encontrasen en esta única ubicación, lo que facilitaría el acceso a los ciudadanos, que podrían solventar sus problemas más fácilmente. Por último, la planta cuarta se reservaba para el servicio de informática del Ayuntamiento.
El edificio iba a contar con una terraza jardín y con un jardín vertical en uno de sus laterales "para embellecer y mejorar la estética de la plaza de San Gil", según se anunció.
Queda por ver ahora qué ocurre con la importante cantidad de dinero que se esperaba conseguir de Europa, unos 800.000 euros a través del programa operativo FEDER de Crecimiento Sostenible 2014-2020. Del mismo modo, habrá que esperar aún algo más a ver el alcance de la modificación del proyecto, aunque todo apunta a que no se incluirán cambios sustanciales, aunque sí se prevén modificaciones sobre el original.