El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha asegurado este miércoles que desde la Junta no se contemplan nuevas restricciones para contener el COVID-19. El Gobierno de García-Page entiende que la región está en una situación «muy estabilizada». A lo más que se llega por ahora es a insistir en el uso de la mascarilla.
A preguntas de los medios antes de comparecer en comisión parlamentaria para dar cuenta del presupuesto de su departamento para 2022, el consejero ha indicado que el 83 por ciento de hospitalizados en la región actualmente no están vacunados, un dato que, según ha subrayado, «hace pensar que la vacuna funciona y que la vacuna es lo que verdaderamente nos salva de la enfermedad que produce el virus».
En cuanto al pasaporte COVID en concreto, ha argumentado que Castilla-La Mancha hará lo que en el Consejo Interterritorial se decida. «Siempre nos ha parecido mucho mejor que todas las comunidades acometan decisiones en el ese seno. A un problema igual, lo mejor es tomar decisiones iguales», ha incidido el titular de Sanidad de la región.
La Incidencia Acumulada pierde valor
Por eso, ha apuntado, hay que «desmitificar y pierde peso» en la toma de decisiones la incidencia acumulada, porque «con la vacuna lo que conseguimos es que, aunque un vacunado pueda contagiarse y propagar el virus, si se está vacunado la enfermedad es menor».
«Seguimos teniendo una baja incidencia en los hospitales y los datos de incidencia con la estabilización nos hacen pensar que vamos a estar más o menos como estamos, con una pequeña subida pero no tan grande como se alcanzó en otros momentos», ha confiado.
Ahora, vacunar a los niños
Ha recordado que Castilla-La Mancha ha propuesto en la comisión de salud pública la vacunación de menores de 12 años. «Estamos esperando la autorización», ha recalcado el Fernández Sanz, quien cree que la vacunación de los menores de 12 años «será otro hito importante que nos hará tener mejores cifras aún de vacunados».
También ha dejado claro que los no vacunados son una minoría en España y en Castilla-La Mancha, por lo que ha apostado por «dedicarnos más al resto, que es la mayoría, y a seguir poniendo la tercera dosis a las personas que ya tienen dos y que son más vulnerables, como las personas mayores de 65 y 70 años». «Creo que es más importante que tomar otras decisiones», ha destacado.
«Velocidad en la vacunación contra la COVID, velocidad en la vacunación contra la gripe y a los no vacunados intentar convencerlos de que se vacunen, esa es la decisión mejor», ha finalizado.