El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha presumido de Comunidad Autónoma y de Estatuto en el acto conmemorativo de la aprobación preliminar del estatuto regional, hace hoy 40 años.
Durante su discurso en el acto, que ha regresado 40 años después a Alarcón, localidad conquense que alumbró el primer texto estatutario de la Comunidad Autónoma, ha reflexionado en que, en su día, la autonomía podría «no haber existido». También ha admitido que incluso hoy en día hay «revisionistas que creen que las autonomías son un problema».
En este punto, se ha preguntado qué hubiera pasado si sólo Cataluña, Galicia, País Vasco o Navarra tuvieran autonomía. Él mismo se ha respondido, asegurando que no hubiera redundado en una menor tensión territorial. «Los que tiran de la cuerda de España han tirado siempre, pero ahora somos más agarrando la cuerda, sujetándola», ha abundado.
Ahora en España, ha dicho, se estila el «café para todos», y si se juntan diez en la mesa, «hacen falta diez cafés distintos». Por ello, ha defendido que el papel de Castilla-La Mancha en estos 40 años ha sido el de «una mejora de nosotros mismos en beneficio claro de una consolidación del proyecto de España».
Page argumenta con datos de Castilla-La Mancha
García-Page ha hablado de los avances en los últimos 40 años ofreciendo datos como que la mitad de la población existente ya nació tras la aprobación del Estatuto. Se han ganado 400.000 habitantes, un 24% más; la esperanza de vida ha escalado casi 6 años de media; la mortalidad infantil se ha reducido a la cuarta parte; se triplica la presencia de la mujer en el mercado laboral; y se ha pasado de un 12% de analfabetos a un 25% de universitarios.
Una economía diez veces más sólida, el doble de trabajadores, una renta agraria multiplicada por quince, la superficie medioambiental protegida ha crecido cien veces y casi el 99% de la población tiene teléfono móvil cuando antes apenas un tercio de los hogares tenía teléfono fijo.
El gasto sanitario se duplica desde que hay competencias, gasto que se eleva al triple en el caso de Educación; la capacidad de autoabastecerse con energía renovable; el mayor peso de las exportaciones; los kilómetros de autovías y ferrocarril; o el aumento del turismo; han sido otros de los extremos esgrimidos por García-Page para celebrar la firma del Estatuto.
Sin complejos ni problemas de identidad
Cuarenta años de una Comunidad Autónoma que «no tiene ningún complejo» ni «ninguna discusión histórica», como tampoco tiene «ningún problema de identidad».
El comienzo de la autonomía no arranca hace 40 años, ya que según García-Page lo hizo en 1978 con la Constitución, que se quedará «mucho rato». «No contemplo alternativa ninguna. Se pueden contemplar adaptaciones, pero no me cabe en la cabeza una alternativa global a esta convivencia».
Aunque «todos los días se pone el acento en aquello que no funciona» dentro de la Constitución, hay «muchísimo» que sí funciona. En 40 años de Constitución, ha habido una parte «sustancial» de cambio en la región que ha ido «en paralelo» a España.
La etapa constitucional ha sido la de «mayor calidad de vida» para la región, tal y como ha defendido García-Page, quien ha hablado en este punto el papel de las diputaciones provinciales, que propician el «equilibrio» entre administraciones.
Crecimiento de todas las provincias
De las cinco provincias que forman la región, pero que «podrían haber terminado en otro mapa», ninguna de ellas «ha visto en su vida años de crecimiento, de mejora, de avance, de modernización, como desde que hay Constitución y hay autonomía».
En todo caso, a la región «le hubiera ido muy bien sólo con la Constitución», pero con el Estatuto ha ido «mucho mejor». Entre todo lo sucedido en las últimas cuatro décadas, García-Page ha querido poner en valor el trabajo conjunto de todos los sectores, desde los económicos hasta los culturales, entidades que «piensan y se organizan desde una mentalidad regional», algo «difícil de conseguir en los primeros años».
Castilla-La Mancha «no aspira a ser más que otras»
Entiende el presidente castellanomanchego que Castilla-La Mancha es una autonomía que «no aspira a ser más» que otras, y que parte de una forma de ser «muy particular», marcada por la sencillez, la austeridad y el «regionalismo sano» de sus gentes.
«Sin complejos, ni de superioridad ni de inferioridad, que sí se tenía hace más de 40 años. Va a haber autonomía todo el tiempo que se quiera mientras sea útil. El objetivo siempre ha sido avanzar, y nosotros hemos hecho esfuerzos para ir un poco más deprisa», ha aseverado.
Nuevos retos para la región
García-Page ha fijado el punto de partida hacia nuevos retos, que pasan, según ha dicho, por blindar la creación de empleo y el agua en la región.
Sobre lo primero, ha asegurado que el objetivo en cinco años es crear 150.000 puestos de trabajo y «seguir ganando puntos para superar a la media nacional».
En materia hídrica, el problema de la región «hay que arreglarlo» desde una postura común que podría quedar fijada en un nuevo Estatuto, pero «es esencial poder decir lo mismo en Alarcón y en Madrid».
«Si cuando pasas la frontera cambias de opinión, haces un daño enorme», ha dicho en alusión velada al PP de la región.
Declaraciones de Paco Núñez
El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha asegurado que quiere ofrecer a los castellanomanchegos «un proyecto de futuro» porque la región «no tiene límite y puede ser lo que quiera ser», algo que «podemos conseguir juntos».
Así lo ha señalado antes de asistir al acto institucional. Núñez ha destacado que hoy se homenajea a los que hace 40 años se pusieron de acuerdo para constituir Castilla-La Mancha, que fueron capaces de plantear «que podíamos avanzar y construir juntos una región de futuro». Por eso, ha mostrado su agradecimiento a todos los que en estos años «han puesto su granito de arena para construir una Castilla-La Mancha mejor».
El líder regional del PP ha afirmado que es un buen día para homenajear «los valores democráticos, el pluralismo político, la libertad, la igualdad o la justicia, en definitiva, aquello que nos hace libres».
Núñez ha apostado por poner encima de la mesa «la importancia de la Democracia» para «que nada nos haga perder este régimen de libertad». «Hay que apostar por la Democracia, por la Constitución y por el Estatuto de Autonomía, para seguir avanzando como región», ha dicho.
El presidente regional del PP ha marcado algunos de los retos de futuro de Castilla-La Mancha para seguir avanzado como región. «Quiero una región de primera, de futuro, de esperanza, de oportunidades, que acoja el capital y las oportunidades y a toda la gente que quiere sumar», ha indicado.
Algo que pasa, según ha asegurado, por «avanzar juntos» y plantear «qué región queremos tener dentro de 40 años». «Yo quiero ofrecer a los castellanomanchegos un proyecto de futuro para que, dentro de 40 años, esta región sea de primer nivel y no tengamos que conformarnos, como hoy, con que los socialistas digan hasta donde podemos llegar».
Por ello, Núñez ha aseverado que Castilla-La Mancha «no tiene límite y puede ser lo que quiera ser, algo que podemos conseguir juntos».