La Empresa Estatal de Residuos (Enresa) quiere contar en 2028 con un almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad y combustible gastado de las centrales nucleares españolas, que pararán definitivamente entre 2027 y 2035, según consta en el borrador del VII Plan General de Residuos Radiactivos, que pone en el horizonte de 2073 la fecha en la que podría estar listo el almacén geológico profundo, donde todos estos residuos quedarían confinados definitivamente.
Así consta en el borrador del plan que Enresa ha remitido al Ministerio para la Transición Ecológica, que además de un único emplazamiento para el ATC no descarta como alternativa la construcción de varios almacenamientos temporales descentralizados.
El Ministerio ha confirmado la recepción del borrador cuya elaboración solicitó a Enresa para cumplir con la normativa europea. Ahora, según añade iniciará el estudio y la tramitación del borrador del nuevo plan.
Durante la tramitación del plan el Ministerio deberá definir si se mantiene la estrategia de única instalación centralizada, de acuerdo con el VI Plan General de Residuos Radiactivos, o bien si se opta por varios emplazamientos.
Pero más allá de los próximos años, pues el plan contempla la estrategia para el periodo 2021-2027, Enresa plantea que la estrategia de gestión definitiva del combustible gastado de las centrales españolas y los residuos de alta actividad en España sea el establecimiento de un almacenamiento geológico profundo (AGP).
«Se considera la alternativa más sostenible y segura. La previsión es que pudiera estar operativo en 2073», apunta el plan.
Enresa ha informado de que ha presentado a la Secretaría de Estado de Energía el Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos, la herramienta que en España fija la estrategia de la gestión de los residuos radiactivos.
El plan incluye además una hoja de ruta para acometer los desmantelamientos de las centrales nucleares cuando finalicen su operación en el marco del borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC).
La senda del borrador del PNIEC, que ha sido actualizado en enero de 2020 fija un calendario para el cierre ordenado de las centrales nucleares que ya suscribieron Enresa y los propietarios de las centrales nucleares en marzo de 2019, hace un año. Este acuerdo establece que los siete reactores nucleares que aún siguen activos en España pararán definitivamente entre 2027 y 2035.
Dadas las características y la dimensión del parque nuclear, el borrador del VII Plan mantiene como estrategia de gestión del combustible gastado el denominado «ciclo abierto», es decir, que no se contempla el reprocesado sino el almacenamiento de los residuos generados por las plantas.
Por primera vez, Enresa dispone de un calendario que le permite realizar una previsión de desmantelamiento total inmediato de todas las centrales, tras su cese de operación, y consecuentemente una estimación precisa del volumen total de residuos nucleares a gestionar.
De acuerdo con el plan, las labores de preparación para el desmantelamiento de cada central comenzarán al menos tres años antes de la fecha del cese y se espera que el desmantelamiento comience tres años después de esa fecha.
Durante esos seis años se vaciarán las piscinas de combustible gastado y se realizarán las tareas preparatorias del desmantelamiento y la obtención de la autorización de desmantelamiento. Posteriormente, se estima un plazo de diez años para la ejecución material del desmantelamiento.
Así, en esta senda, el borrador del plan contempla un ATC que estaría operativo en 2028 pero contempla también la opción de varios almacenamientos temporales descentralizados. A lo largo del periodo que regirá el VII plan, Enresa indica que se deberá definir la estrategia de única instalación centralizada o varios emplazamientos.
En la misma línea, señala que la estrategia de gestión definitiva del combustible gastado de las centrales nucleares y de los residuos de alta actividad es un almacén geológico profundo por considerar que esa es «la alternativa sostenible y segura» y prevé que esta instalación podría estar operativo en 2073.
El caso de El Cabril
En cuanto a los residuos de muy baja, baja y media actividad, el borrador del séptimo plan establece que su almacenamiento siga desarrollándose en el centro de almacenamiento de El Cabril (Hornachuelos, Córdoba), donde se guardan por ejemplo los residuos de operar y desmantelar las centrales y los que se producen en los hospitales, laboratorios o industrias.
Respecto a la capacidad de residuos de muy baja actividad de El Cabril, Enresa constata que existe una capacidad autorizada superior a la necesidad de almacenamiento en el futuro, pero para el caso de residuos de baja y media actividad será necesario construir nuevas celdas de almacenamiento.
Durante su tramitación, el MITECO debe realizar la evaluación ambiental del mismo en base a la normativa y, para ello, el departamento que dirige la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, realizará consultas previas a las Administraciones Públicas implicadas y a las personas interesadas y elaborará un documento de alcance que servirá de base para el desarrollo del Estudio Ambiental Estratégico (EAE) del plan.
El EAE, junto al borrador del PGRR, serán sometidos a información pública y consultas a las administraciones públicas interesadas y, una vez recibidas todas las alegaciones se revisarán. Entonces la revisión será trasladada al Consejo de Seguridad Nuclear para que realice un informe preceptivo, así como a las comunidades autónomas.
Una vez se revise el plan y se incorporen las aportaciones el Miteco hará un análisis técnico del expediente completo para emitir la Declaración Ambiental Estratégica del PGRR antes de su aprobación por el Consejo de Ministros. Finalmente, el Plan será remitido a las Cortes Generales para su aprobación y, finalmente, España lo remitirá a la Comisión Europea, en cumplimiento de la directiva comunitaria de gestión de residuos radiactivos.