Hace tres años que Noelia Magro dio el paso para hacer realidad su sueño: abrir una casa rural en su pueblo, Espinosa de Henares. Tras un año de papeleos y un año para la ejecución de la obra, retrasada en parte por la pandemia, el pasado mes de octubre abría sus puertas Casa Rural Piedra Cascabel, el primer alojamiento del municipio.
Esta joven emprendedora había trabajado en el sector de la hostelería durante cinco años. “Quería conocer un poco el sector y también ganar dinero para impulsar el proyecto como es una casa rural en mi propio pueblo, donde hasta la fecha no existía ningún tipo de alojamiento para poder hospedarse. Gracias al apoyo que recibí de mi familia y a la ayuda solicitada me decidí a hacerlo”, asegura esta emprendedora.
En este sentido, Noelia reconoce que la existencia de las ayudas Leader de ADAC fue clave para dar el paso de emprender. “Es una ayuda que te viene muy bien porque es difícil disponer de todos los medios económicos para llevar a cabo un proyecto así. Sin duda, es un impulso para poder hacerlo realidad”. En su caso, ha recibido 59.700 euros de ayuda de ADAC, lo que supone un 44% de la inversión total en el proyecto.
En principio no contaba con ninguna propiedad, pero había visto una casa en el municipio que podía adaptarse a su proyecto. Contactó con sus propietarios, que estaban interesados en venderla y la adquirió en 2018. Posteriormente, realizó una reforma integral. “Tiramos todos los tabiques por dentro y está diseñada ex profeso para una casa rural”, señala.
Cuenta con tres habitaciones dobles con baño, un amplio salón con cocina completa y una zona de spa con bañera de hidromasaje. Tiene una capacidad máxima de 10 personas, ya que cuenta con camas supletorias.
Casa Rural Piedra Cascabel, el primer alojamiento de Espinosa de Henares, impulsado por una de sus vecinas
Como reza en su página web, “la casa dispone de todas las comodidades más modernas, pero manteniendo la calidez de un hogar tradicional”. Y es que la filosofía de Magro era ofrecer un alojamiento en el que el cliente se sienta como en casa, pero con un extra en detalles y servicios como es la sala spa, con bañera de hidromasaje y tumbonas relajantes “que llama mucho la atención a quienes vienen”.
Arrancar en pandemia
Magro no imaginaba arrancar en estas circunstancias, con una pandemia que afecta a todo y muy especialmente a su sector. No obstante, se muestra satisfecha al valorar los pocos meses que ha podido abrir su negocio. “Cuando abrí, para como estaban las cosas, no me ha ido nada mal, al revés. Pero con el cierre municipal se ha parado todo de nuevo y estamos a la espera de la evolución de estos próximos meses”, señala esta emprendedora que sólo ha podido recibir clientes de Castilla-La Mancha y que espera que la previsión sea todavía mejor cuando vuelva la normalidad y puedan llegar personas de la Comunidad de Madrid.
Pese a todo, esta emprendedora es positiva. “Creo que en cuanto se empiecen a quitar las restricciones y mejore la situación volverá la cosa a funcionar”, comenta, consciente de que “la gente tiene ganas de salir, lo necesita. Y los alojamientos rurales ofrecen, en mayor o menor medida, ese tipo de viajes seguro que permiten a la gente hacer cosas diferentes”. En este sentido, el hecho de que su casa se alquile de forma íntegra y no tenga grandes dimensiones favorece su demanda en la situación actual, según comenta. Por ella ya han pasado familias o grupos pequeños de amigos que querían disfrutar de una escapada en un ambiente seguro e íntimo.
Noelia tiene sus instalaciones listas para recibir a aquellos huéspedes que lo deseen. Además, cuenta con una página web, está en varias plataformas de alojamientos rurales y en redes sociales para promocionar lo máximo posible este nuevo alojamiento que espera despegar con la llegada de la normalidad tras la pandemia.