Solaria alardea desde hace meses de prepararse para levantar en la provincia de Guadalajara el mayor complejo fotovoltaico de Europa. Es un título por el que disputan varias otras ubicaciones, también en la Península. En todo caso, su incidencia en el empleo estable de la comarca será muy limitada, ya que a lo sumo generará 40 empleos directos, pese a que la inversión total rondará los 220 millones de euros.
A lo largo de las próximas décadas, los propietarios de los terrenos y los ayuntamientos recibirán también su parte, por el alquiler y por los tributos locales, respectivamente. De ese dinero, sólo el que llegue a las arcas municipales terminará por conocerse con precisión. Meses atrás, la periodista Carmen Bachiller calculaba en hasta 1.400 los euros por hectárea y año, lo que vendría a decuplicar los ingresos por la PAC que se vienen recibiendo por trabajar la tierra. La superficie ocupada, y contratada, supera las 1.000 hectáreas.
Paradójicamente, la gran ventaja del megaparque alcarreño es la existencia de la central nuclear de Trillo: la energía que se produzca en los paneles será vertida a la red a través del punto de enganche existente a bien corta distancia del reactor, conocido técnicamente como nudo de Trillo 400kV. De hecho, inicialmente, los invitados a la primera piedra lo fueron a una superficie a pie de carretera, próxima a la entrada del complejo nuclear.
Desde hace un par de años, Ecologistas en Acción viene alertando de los inconvenientes de una generación eléctrica tan extensiva, sin demasiado éxito.
Page no estuvo
La primera piedra se puso el pasado viernes, en un acto al que no asistió el presidente García-Page, que sí estaba previsto para la primera y fallida convocatoria, semanas atrás.
El consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, y el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, fueron quienes encabezaron la representación oficial de un proyecto empresarial que ha dividido el megaparque en 13 plantas repartidas en los términos municipales de Budia, Cifuentes, Peralveche, San Andrés del Rey y Trillo. Al hacerlo de este modo se agilizan los permisos, que sólo dependen de la Administración regional y no del Estado.
Solaria ha anunciado que tiene previsto invertir 220 millones de euros con el compromiso de generar actividad en el tejido empresarial local, comarcal y de toda la provincia de Guadalajara.
El trabajo, para la construcción del parque
Será durante las diferentes fases de construcción cuando el llamado «complejo Fotovoltaico Cifuentes-Trillo» emplee a un número importante de personas, hasta 4.000 trabajadores según los promotores,
Desde la Junta destacan el compromiso de crear un Centro de Formación en energías renovables, que estará ubicado en Cifuentes, en el que se puede llegar a formar a cerca de 400 profesionales. El consejero José Luis Escudero enfatiza también los contactos que se están manteniendo, de cara a «firmar acuerdos de colaboración con el sector de la apicultura, el de las plantas aromáticas y con los ganaderos de extensivo de la zona, para potenciar el cultivo de lavanda, la instalación de colmenas de abeja, o el pastoreo en las zonas donde se van a ubicar las plantas, entre otras acciones que faciliten la creación de sinergias entre las energías renovables y limpias y los usos tradicionales del sector primario».
Palabras de apoyo de Bellido a las «energías limpias»
Por su parte, el presidente de las Cortes regionales recordó en el acto de puesta de la primera piedra que «en esta provincia, hace no tanto, se nos prometían cementerios nucleares o fracking» y que las protestas que había contra estos proyectos lo eran precisamente para reclamar «energías limpias y alternativas, que creasen riqueza sin comprometer el medio ambiente y es lo que ahora tenemos», ha dicho en referencia a este parque, «gracias al impulso de Solaria y la colaboración del Gobierno regional y los ayuntamientos de la comarca como Cifuentes».
Bellido ha agradecido esta apuesta por las energías limpias, que generan a su vez una serie de efectos positivos: no sólo supone un «compromiso medioambiental» en el marco de la Agenda 2030, sino que «es bueno para la economía», ha dicho en referencia a que las empresas generan beneficios que pueden seguir reinvirtiendo en nuevas iniciativas y «es bueno para la comarca, porque genera empleo y cuenta con un proyecto de formación» que contribuye al bienestar de la población que vive en la zona rural.