Bucear en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) es la actividad indagatoria que surge como consecuencia de la curiosidad de quien pretenda conocer qué es y hace, cómo se organiza, quien la dirige; y cómo evoluciona en el complejo y no bien conocido, ni explicado, mundo de la empresa.
“Creada en 1977, CEOE representa y defiende los intereses de los empresarios españoles. Integra, con carácter voluntario, a más de tres millones de empresas y autónomos de todos los sectores que se vinculan a través de más de 4.500 asociaciones de base”. Es lo que se lee en la información que la asociación ha puesto en internet. Pero además de esa información, en torno a la CEOE hay mundo variopinto de sobreentendidos, rumores y silencios que conducen a conceptos tan heterogéneos como: El poder del empresariado español dentro y fuera de España. Su influencia en la política nacional del IBEX. La relación con el mundo de la Banca en su doble vertiente comercial e institucional. Y sus tratos y compromisos con el Gobierno de la Nación, los gobiernos autonómicos y las organizaciones sindicales.
Pero, además de lo anterior, y con especial interés por el momento en que estamos, la CEOE es motivo de atención por un hecho natural: Se ha producido el relevo del presidente e interesa conocer al nuevo.
Son conocidos algunos de los desencuentros del presidente saliente, Juan Rosell, con una parte de la organización. En su momento fueron noticia la salida de personas tan significadas como García de la Vega (Director de Comunicación) y Ana Plaza (secretaria general). Hubo comentarios sobre el cambio de sillas en la cúpula, la sopa de nombres que se barajaban y el reparto de tareas. Y, algo insólito frente a la salida/partida de un saliente, se criticaron con virulencia algunas de sus últimas acciones: Visita a Oriol Junqueras en la cárcel. Postura y comunicados ante la situación empresarial en Cataluña, entendida por algunos como un intento de banalizar o descafeinar la realidad para lograr lo que algún observador tildó de engaño a la Junta Directiva.
Sustituido Rosell por Antonio Garamendi, se anunciaba la presencia de éste en Nueva Economía Fórum presentado por Pablo Isla, Presidente del Grupo INDITEX y uno de los empresarios del momento. La expectación era tal que hasta los cronistas parlamentarios, que siguen la actividad política nacional, obviaron por un par de horas la esperada gresca entre políticos en una de las últimas sesiones del Pleno del Congreso de los Diputados para oir a Garamendi.
En principio, dada la situación política que va unida a la actividad empresarial, había dudas que despejar sobre su personalidad y propósitos: Continuador de la línea de Rosell, al que acompañó en su junta directiva ejerciendo de contemporizador con todos e incluyendo las pequeñas iniciativas sin estridencias que contempló desde CEPYME. Encarnación en la CEOE del espíritu de su Neguri natal con conexiones en el potente grupo empresarial catalán y guiños al lobby variopinto y multicefálico que, sin ruido y con conexiones varias, pulula por doquier. O una mezcla a descubrir entre lo que alguien llamó espíritu negurritarra, urbanismo madrileño, pose y eficacia.
En su discurso, las ideas fueron fluyendo sin estridencias y con un tono asentado: Se me invita para que en nombre de los empresarios os comente dónde estamos, qué vemos y qué es lo que pensamos. Mi obligación es hablar con independencia, con sentido de Estado y desde la lealtad. Lo nuestro es el diálogo, estar sentados en la mesa e intentar sumar y no restar. En estos tiempos de elecciones que vienen, nosotros no nos presentamos a las elecciones. Producimos. Voy a plantear varios temas: De dónde venimos. Dónde estamos. A dónde vamos. Y cuál es el planteamiento que tenemos en la CEOE. Venimos de la crisis, el gobierno del PP fue valiente cuando dijo que no nos rescataran y España recuperó el tono. Se salvaron empresas, se creó empleo. Sin hacer viviendas, España creció exportando. Internacionalización. La empresa grande, mediana y pequeña ha entendido que el mundo es global. . Hubo vientos de cola. Ahora estamos en un momento en que los vientos de cola cambian. Guerra comercial USA-China-Rusia. Y Europa en medio. Locomotora alemana. Brexit. Y situación en Cataluña con el 20% del PIB nacional. Tenemos que implicarnos en buscar soluciones. Estamos en un periodo plurielectoral ¿Qué preocupa a los empresarios?: El Estado, la deuda, el déficit. Que el 70% de la deuda esté en manos extranjeras; y que haya que pagarla. Llevamos tiempo hablando de rigor presupuestario. En CEOE vamos a hablar de eficiencia del Estado, para ver cómo echar una mano. Cambo de era, digitalización. Es una revolución social que es imparable. Formación dual. Cambios radicales e inmediatos. En el mundo global hay que tener en cuenta: Coste de SS y Energía con su precio. Dimensión de empresas. Financiación y morosidad. Cambios productivos. Impuestos.
Después, ya en situación, entró en la actualidad de CEOE para mostrar una imagen engrandecida: CEOE es una organización de pequeños, medianos y grandes empresarios, más los autónomos que se acaban de incorporar. Todos juntos somos muchísimos. Somos agentes sociales con los sindicatos. La paz social es el mayor haber nacional. Puentes y teléfonos abiertos con sindicatos y Gobierno. Los dos conceptos básicos en CEOE son: Somos empresarios, que pagamos y hacemos que otros paguen impuestos. Somos españoles, sin complejos. Estado de Derecho, de las autonomías. Monarquía constitucional. Estamos en Europa. Somos leales. Es clave La Corona; y el liderazgo del rey Felipe.
Terminó con una frase preparada: “Somos eso, empresarios. Con independencia, sentido de Estado y lealtad constitucional”.
Al terminar, en los pasillos había diferencias: Muy flojo, oportunidad perdida, tangencial, con miedo y sin datos. En absoluto. Oportunidad muy bien aprovechada. Garamendi es algo más que el “negurritarra” que temíamos… Consecuencia de Bucear en CEOE