Para que luego digan que Guadalajara es una ciudad aburrida, sin emociones que llevarse al coleto, donde nunca pasa nada y con pocas cosas que comentar…
Una de las más consolidadas instituciones de la ciudad, su Policía Local, acaba de descubrirnos dos nuevas calles, muy principales, que hasta ahora desconocíamos.
El hallazgo, del cual humildemente no han hecho alarde, se ha producido con un bienintencionado croquis de la capital, con el que se pretendía alertar al vecindario de las próximas operaciones de limpieza, esas que vienen coincidiendo últimamente con la lluvia y que, además, dificultan todavía más que de costumbre los intentos para aparcar en el casco antiguo.
El observador atento, y este chismorreador lo es, no ha podido por menos que sorprenderse ante la insólita aparición de una calle de Guadalajara dedicada a Bardem. ¿A Javier Bardem, consorte de doña Penélope y manifestante asiduo por las más variadas causas cuando no está rodando una película? ¿A Carlos Bardem, algo actor y escritor? ¿A cualquier otro vástago (o vástaga) de la dinastía?
Pues no, la calle que según la Policía Local reina republicanamente en el centro de Guadalajara estaría dedicada a Juan Antonio Bardem, cineasta de acreditado prestigio antes y después de su fallecimiento en el ya lejano año de 2002. Curioso sería que el honor de entrar en el callejero de la capital alcarreña le llegase antes al director de «Calle Mayor» o «Muerte de un ciclista» que al de «La tía Tula», Miguel Picazo.
Pero va a ser que no, que todo es un error, de incierto origen, porque a fuerza de hacer cartografía comparativa uno llega a la enojosa conclusión de que el trazado de esa inesperada calle de Juan Antonio Bardem coincide, con toda precisión, con la Travesía de Santo Domingo, esa que está a la espera de que las máquinas dejen de entretenerse en la calle Cervantes para también meterse en obras.
Otro tanto se podría decir de la ignota calle de la Condesa Calnuevas, pero no lo vamos a hacer. ¿Para qué seguir agotando al lector? Que cada cual se entretenga en averiguar qué ha pasado.
A estas alturas ya estaremos todos convencidos y de acuerdo de lo apasionante que puede llegar a ser vivir en Guadalajara, donde las sorpresas acechan detrás de cada esquina, ya sea cerca del Jardinillo o a tres pasos de La Carrera.