No hay nada mejor para el ornato de cualquier ciudad que unas buenas elecciones, con su campaña electoral y su canesú. Guadalajara no iba a ser una excepción y a las pruebas nos remitimos. En la humildad que caracteriza a todos los que tienen algo que ver con LA CRÓNICA, no vamos a suponer que lo ocurrido estos días en la Plaza de España guarde relación con la acerada, o roma, pluma de este Paseante, que señaló con su dedo ciudadano el estado herrumbroso de los bancos que durante años se habían ido deteriorando a la sombra del Palacio del Infantado.
Mejor no pensar que haya una causa-efecto entre lo dicho en un periódico local y la reacción de algún político con cargo en el consistorio, porque eso sería sentar un precedente peligrosísimo para el plácido y pastueño ejercicio de la profesión.
Convengamos, por tanto, que nada tuvo que ver el que desde este diario se denunciara, de palabra y con imagen, el lamentable estado de ese rincón tan noble de la ciudad:
Aquello ocurría el día de San Augusto, 7 de mayo de 2023.
Como por ensalmo, la solución llegó en forma de diligentes operarios cuatro días después: el 11 de mayo, por San Florencio, se procedía a la retirada del objeto de nuestros desvelos.
Muerto el perro se acabó la rabia y retirados los bancos se acabaron las fotografías de su deterioro. Y así, durante varios días…
Pero, héte aquí, que el milagro de las campañas electorales se hizo mobiliario y habitó entre nosotros. Este 18 de mayo de 2023, bajo los auspicios de Santa Gema, podemos anunciar el feliz acontecimiento de la llegada a nuestra más señorial plaza de unos nuevos bancos, comercializados por la misma empresa que ha suministrado alguna nueva papelera para sustituir a las más oxidadas y roñosas del centro de la ciudad:
Con 30.000 euros ha apañado el Ayuntamiento parte de eso que de forma tan cursi se llama «mobiliario urbano», incluidas jardineras colgantes.
Ahora puede seguir arreglando todo lo demás, que tienen tajo.
A partir del día de San Germán habrá que verlo. Después de ir a votar.