Serena Juan Lobato está viviendo una de esas odiseas que jamás se olvidan. Monitora del Club Alcarreño de Salvamento y Socorrismo, se encuentra atrapada en Tailandia, en plena pandemia mundial de coronavirus y con una única opción: conseguir embarcar en un vuelo el próximo 4 de abril, con un billete pagado a precio de oro… siempre y cuando los asientos que dice haber bloqueado la embajada de España en Bangkok se mantengan disponibles para todos los españoles que se encuentran en el país asiático y desesperan por abandonarlo.
En conversación telefónica con LA CRÓNICA, Serena ha confirmado a este diario que la exigencia inmediata es abonar por Paypal 1.173 euros, sin ninguna garantía. El Estado gestiona los pasajes en las condiciones que su legación logra acordar, pero no parece dispuesto a abonar esos importes. Hay otros 40 españoles en una situación similar, repartidos por el país, según refiere la joven nadadora.
Serena pretendía permanecer dos semanas en Tailandia antes de dirigirse a Dubai, donde debería haber competido en los Government Games, si no se hubiera suspendido la prueba por el coronavirus. Después de dos cancelaciones con Emirates, «te quedas colgada y como otros españoles, decidí esperar un poco a ver qué pasaba».
Esta joven madrileña, monitora del Alcarreño de Salvamento, lleva un año residiendo en la Residencia de Estudiantes de la Diputación de Guadalajara. Esas instalaciones, como bien saben los lectors de LA CRÓNICA, se encuentran en estos días ocupadas por el dispositivo especial contra la pandemia.
Lo que dice la ministra de Exteriores
Días pasados, la propia ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, se mostraba casi displicente ante los micrófonos de Ser Cataluña. En esa entrevista, aseguraba que el Gobierno está trabajando en traer a España a los ciudadanos españoles que se encuentran en el extranjero, pero advertía, al mismo tiempo que «no podemos enviar un avión a recoger a cada ciudadano español que esté desperdigado».
La ministra aseguraba ser consciente de que los vuelos desde algunos lugares tienen precios muy altos por la situación de «penuria». Según su explicación, lo que hace el Gobierno es dialogar con los Estados miembros de la UE y con líneas aéreas para conectar destinos a precios «razonables».