Se equivoca la empresa de Las Ventas en su política de precios abusivos para los espectadores ocasionales e incluso frecuentes pero que no son abonados del coso madrileño. El cemento de este 22 de septiembre (menos de un tercio de entrada) es la prueba, para una cartel de toreros con mucho fundamento, dentro de su juventud: Juan de Castilla, Isaac Fonseca y José Fernando Molina atesoran méritos para propiciar una mejor entrada. Los toros de Bañuelos, no tanto. Después de echar cuatro sobreros al ruedo por la impericia del presidente, las cuentas habrán salido incluso peor de lo propiciado. Eso, en lo económico.
En lo artístico, al menos se vio a un Juan de Castilla sobrado de facultades, dominio, inteligencia y capacidad para afrontar como director de lidia un compromiso como este. Ojalá le sirva para cimentar su carrera, forjada en el CITAR de Fuentelencina y que ha escrito un capítulo impactante, uno más, con tesón y un soberbio estoconazo en su primero (saludó desde el tercio), un magnífico repertorio de temple sobre todo al natural (preludio de su vuelta al ruedo en el cuarto) y el despliegue de valor y fundamento ante el manso quinto, cuando nadie fue capaz de hacer lo que se debía, sino él.
Como la empresa de Madrid mantiene, al margen de sus errores, aciertos como el de disponer de un buen Departamento de Comunicación con un buen profesional detrás de la cámara, podemos asomarnos a lo que hizo Juan de Castilla este domingo en las siguientes imágenes, todas de Plaza 1: