Este fin de semana, LA CRÓNICA publicaba un dato inquietante: sólo contando tres embalses del norte de la provincia se han desperdiciado durante las últimas semanas 155.000 millones de litros de agua, por falta de capacidad para retenerla con seguridad con las presas existentes en Beleña, Pálmaces y El Vado.
Los 155 hectómetros cúbicos vertidos a los cauces del Sorbe, Jarama y Cañamares vuelven a poner sobre el tapete la necesidad de reconsiderar el sistema de embalses disponible, para que cumplan su función reguladora.
Por de pronto, desde Beleña se han soltado desde finales de 2023 cantidades suficientes como para elevar de forma apreciable el nivel río Henares, al que vierte el Sorbe, a su paso por la ciudad de Guadalajara.
¿En qué situación estamos actualmente?
En dos ocasiones recientes cundió la alarma, más entre los vecinos que entre las autoridades. En estos momentos, aún quedan huellas de esas crecidas y el agua cubre uno de los miradores próximos al río.
Como se puede comprobar en las siguiente imágenes, ni hay crecida sustancial del río ni el nivel de las aguas impiden utilizar la orilla derecha para el esparcimiento general. Las zonas dedicadas a juegos infantiles están más que a salvo e incluso la vereda más cercana al río (que se llegó a clausurar días atrás) es un ameno paseo salvo para las pituitarias más sensibles.
De lo que vaya sucediendo en próximas fechas tendrán cumplido conocimiento los lectores de LA CRÓNICA.
