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21 noviembre 2024
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Arqueólogos de la Universidad de Alcalá encuentran en Uceda restos del recinto de una medina y una fortaleza medieval

Se trata de un conjunto medieval muy interesante. A principios del siglo XVI se abandonó. La nueva villa se extendió fuera del recinto amurallado. Aunque gran parte de la antigua ciudad medieval fue expoliada durante siglos se encuentra, en gran medida, enterrada.

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Los trabajos de investigación dirigidos por los profesores de la Universidad de Alcalá, Manuel Castro-Priego y Lauro Olmo-Enciso, confirman el asentamiento islámico en la provincia de Guadalajara. El proyecto cuenta con financiación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a través del Programa Competitivo de Subvenciones para la realización de proyectos de investigación del Patrimonio arqueológico y paleontológico de Castilla-la Mancha, el Ayuntamiento de Uceda y la Diputación de Guadalajara.

– ¿Qué hallazgos han encontrado en Uceda? ¿Qué tipo de técnicas/instrumentos en la investigación utilizan?

– En esta primera fase, los elementos más importantes que hemos podido documentar han sido, por un lado, el recinto de una medina y por otro una importante fortaleza bajomedieval que se abandonó a partir de mediados del siglo XVI. Uceda tenía una importancia estratégica en el control de la sierra de Guadarrama. Por ello, se trata de un yacimiento con diversas e intensas fases de ocupación. Lo que tenemos claro es que en un momento entre el siglo VIII-IX (periodo andalusí), se comienza a utilizar como espacio fortificado, que debía de ser un castillo muy bien defendido a finales del siglo XI, cuando el rey castellano Alfonso VI, conquista la Taifa Toledana en 1085.

Las excavaciones se están centrando en la última gran reforma del castillo, que podemos situar en la segunda mitad del siglo XV. Hemos conseguido identificar el acceso al alcázar, así como observar la existencia de un segundo piso en el interior de la fortaleza, que todavía se conserva. También hemos localizado un gran aljibe que aseguraba el aprovisionamiento de agua en momentos de asedio y un gran patio central que vertebraba el resto del recinto. Estamos pudiendo distinguir diversas fases constructivas, y podemos asegurar la existencia de una construcción previa del siglo XIII, con un importante conjunto torreado.

Para la caracterización y la documentación de la fortaleza hemos combinado una excavación arqueológica en extensión en el recinto exterior, con una amplia prospección en la que hemos empleado metodología arqueológica no invasiva, mediante un georradar 3D. Además, hemos empleado dos drones, uno de ellos con tecnología LIDAR, que nos han permitido delimitar el espacio de la medina. Esta se extendía a lo largo de 12 hectáreas.

Imagen LIDAR del Alcázar y de la Medina de Uceda.

– ¿Cuál es su importancia?

– Se trata de un conjunto medieval fosilizado muy interesante. En gran medida, porque a principios del siglo XVI se abandonó. La nueva villa se extendió fuera del recinto amurallado. Aunque gran parte de la antigua ciudad medieval fue expoliada durante siglos se encuentra, en gran medida, enterrada.

La fortaleza de Uceda era, además, uno de los castillos avanzados en la defensa de la Marca Media (espacio de frontera entre los territorios castellanos y andalusíes). Existen otros ejemplos en las provincias de Guadalajara y Madrid, pero sin ninguna duda, Uceda puede convertirse en uno de los más significativos, por su gran amplitud cronológica. Todavía era una fortaleza importante perteneciente al arzobispado de Toledo bajo el gobierno del Cardenal Cisneros, a principios del siglo XVI. De hecho, era uno de los puntos neurálgicos donde las autoridades eclesiásticas concentraban el cobro de impuestos y parte del ‘tesoro’, por considerar el recinto casi inexpugnable.

– ¿Cómo era esta medina? ¿Cómo se fue modificando?

– Uceda se integraba dentro de una red más amplia. No muy lejos se encontraba Talamanca del Jarama, Guadalajara, la propia Madrid. Tendría probablemente unas características bastante similares a otros conjuntos del periodo califal y taifa, como el de Alcalá la Vieja y sus arrabales. Sabemos, por las fuentes, la existencia de un recinto amurallado muy complejo, con barbacanas, torres albarranas, una gran puerta de acceso, que todavía se mantenía en pie durante el siglo XIX. Dentro del conjunto de la medina destacaba la iglesia románica de la Varga, uno de los ejemplos más notables de románico tardío de la provincia de Guadalajara. Conocemos también dos arrabales fuera del recinto amurallado, donde se concentraba una importante producción textil y también metalúrgica.

Está claro que uno de los problemas que tuvo la medina en la Baja Edad Media era su tamaño, y la necesidad de ampliarse más allá del recinto militar de la ciudad. Es el motivo principal por el que se fue construyendo extramuros una nueva villa.

Vista aérea del Alcázar de Uceda.

– ¿Cuáles son los próximos pasos a seguir en esta investigación?

– A lo largo de las siguientes campañas seguiremos caracterizando la fortaleza bajomedieval, y definiendo también la posible existencia de un recinto andalusí. Pretendemos en 2023 iniciar la excavación del acceso principal. El objetivo es diseñar un modelo de difusión y musealización de los restos aparecidos a medio plazo. Esto significará que a partir de este año tendremos también que profundizar en una perspectiva interdisciplinar, que permita asegurar una protección de los restos, al mismo tiempo que aseguramos el acceso a ellos de manera sostenible. El papel de la UAH será crucial en esta fase. Al mismo tiempo, estamos realizando una intensa labor de Arqueología Pública, en la que participan activamente los habitantes de Uceda que se están convirtiendo en uno de los ejes fundamentales del proyecto.