Poco antes de que Fernando VII desapareciera, se tomaba la decisión de trasladar la Academia de Ingenieros a Guadalajara, a los vetustos edificios donde se ubicaron los talleres de la Real Fábrica de Paños, una institución real que intentó en su momento aliviar el declive de una ciudad que no levantaba cabeza desde que los Mendoza cogieran sus bártulos camino de la Corte, en Madrid.
En 1833 comenzaba una historia impensable, con Guadalajara convertida en sede de una academia en el más helenístico de los sentidos. Ciencia, técnica e incluso arte florecieron durante casi un siglo, además de una riqueza que transformó aquella languideciente capital.
Fue menos de una centuria y ya ha pasado un siglo desde que un incendio acabó con todo. De eso trata la exposición que hasta el 8 de enero puede contemplarse, sin ningún agobio por la escasa presencia de visitantes, en donde estuvo el Salón de Linajes del Palacio del Infantado, arrasado por otro incendio en 1936.
La función principal de la Academia de Ingenieros era la formación de oficiales y especialistas en las ciencias aplicadas a la ingeniería militar. Entre sus áreas de estudio se encontraban no solo las obras de fortificación, sino también las matemáticas, la geometría y la mecánica aplicada a la artillería y los fuertes. Con el tiempo, la institución también fue incorporando materias de ingeniería civil, creando una base sólida de conocimiento para la ingeniería moderna en España, incluidas de un modo muy relevante la aerostación y la aeronáutica.
Un año y una exposición para el recuerdo
“Cien años 100. La Academia de Ingenieros Militares en Guadalajara (1833-1931)”, ha sido homenaje al papel de la Academia de Ingenieros. La exposición forma parte de los actos por el centenario del incendio que destruyó su sede la noche del 9 al 10 de febrero de 1924.
Reproducciones fotográficas, planos históricos, óleos, manuales y programas educativos de la Academia, recortes de prensa, miniaturas y un espectacular conjunto de maquetas que sirvieron para la enseñanza de los alumnos y cadetes de la Academia componen el núcleo expositivo de la muestra, organizada por la Subdelegación de Defensa en Guadalajara, el Archivo General Militar en Guadalajara y el Parque y Centro de Mantenimiento y Material de Ingenieros en Guadalajara, con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
En el día de la inauguración contó con el subdelegado de Defensa, coronel Andrés Centenera, como anfitrión y con el historiador Pedro José Pradillo como cicerone, según recuerda muy ampliamente el reportaje fotográfico de Jesús de los Reyes:
Más información:
- Comienzan las referencias al centenario del incendio de la Academia de Ingenieros
- 100 años del incendio de la Academia de Ingenieros de Guadalajara
- Un anterior exposición sobre la Academia de Ingenieros