Crean a este chismorreador que les escribe: sabemos quiénes son los dos protagonistas de la imagen, aunque vayan embozados. Uno de ellos es más fácilmente reconocible que el otro, porque aparece más en los medios y porque manda más en esta región. El otro sería más identificable si hubiera lucido un chaleco para la ocasión y no hubiera comparecido como mero seguidor de las huestes del sincorbatismo.
En efecto, el guadalajareño Alejandro Ruiz fue este miércoles el único de los presentes que acudió al Palacio de Fuensalida sin corbata, aunque sí con mascarilla. Allí se firmaba el pacto para recomponer lo que queda de Castilla-La Mancha tras el paso del coronavirus.
Ruiz, respetuoso con las modas incluso cuando no son las suyas propias, codeó animosamente con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que es el otro protagonista de la fotografía. Así dicen que deben saludarse en tiempos de pandemia los que no se atrevan a hacer lo propio con los pies, que también los hay.
Fue el chismorreo más curioso de ese acto y por eso lo traemos a esta sección para general conocimiento de los lectores de LA CRÓNICA. Lo de las inversiones y la recuperación económica, mañana. O pasado.