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22 noviembre 2024
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ALEJANDRO MORENO / Cuando hacemos crecer el odio

Le guste o no le guste a la gente del Partido Popular de Guadalajara, y a la supuesta vecindad que le ha trasladado esa idea de peligrosidad de la población extranjera, somos seres migrantes.

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Sabemos (o imaginamos) quién sufre con declaraciones racistas y xenófobas llenas de odio. También sabemos quienes ganan con estas declaraciones.

Había visto en los medios de comunicación una propuesta del Partido Popular que llevaba al Pleno Municipal del Ayuntamiento de Guadalajara en la que hablaba de hacer una atención integral en el barrio de la Colonia Sanz Vázquez. Que lástima, para una moción que hacen sobre la realidad de la ciudad, y les sale tan desafortunada que no es aprobaba.

Mira que el Partido Popular, al igual que el resto de los partidos políticos, tienen la oportunidad de poder hablar sobre el barrio en los Consejos de Barrio (perdonad la reiteración) que se organizan desde el Ayuntamiento. Pues tanta importancia le da a los mismos, que este partido en concreto en este Consejo en concreto (que aglutina la Colonia Sanz Vázquez y Los Valles) quedó callado en el último de ellos (hace menos de 2 meses) y no hizo ninguna propuesta sobre el mismo, y se limitó a hacer unas aportaciones sobre algo que ocurría en la zona de Los Valles.

Si atendemos a lo que proponía la moción, se hablaba de una reforma integral. Dentro de la ambigüedad de la misma, lo que realmente me dolió de un partido que ha gobernado durante tantos años en esta ciudad y que, supuestamente, conoce bien, (con sus ideas en los plenos y en los barrios ya me hacen dudar y me demuestran que sólo conocen una parte de la ciudad, si es que la conocen) es como ha criminalizado a las personas extranjeras que viven en el barrio durante el debate que realizó en el propio pleno. Con su generalización, ha incluido a todas las personas foráneas que residen en mi barrio como las personas que son las responsables del tráfico de drogas, del incumplimiento reiterado de la ordenanza de convivencia, de las trifulcas que se puedan dar, de las amenazas existentes, y de las provocaciones.

Me desconcertó como amparándose en la supuesta queja de una comunidad de vecinos, que aglutina (eso sí) a 3 edificios, de no más de 12 familias cada uno (si es que todas estuvieran de acuerdo con lo que se dice), se permitiera hablar de la realidad de todo un barrio. El barrio es mucho más que estas familias, su realidad me importa y me preocupa, y querría (como el resto de gente de bien que vive en el barrio) buscar una solución con y para ellas, pero no podemos generalizar el problema a todas las calles que forman el barrio.

Somos un barrio “histórico” de la ciudad, seguimos teniendo nuestros comercios, que aguantan a supermercados vecinos más grandes, tenemos unas tiendas diversas, autóctonas y foráneas, tenemos parroquia y mezquita (que se llevan muy bien entre ellas), están presentes entidades sociales tan singulares y necesarias para la ciudad como Cruz Roja, Cáritas Diocesana y Guada- Acoge. Tenemos un colegio y un instituto donde la interculturalidad es una realidad y una oportunidad para que la infancia y la juventud de diversas culturas se encuentren. Tuvimos al colectivo Buenos Vecinos, que hacía actividades lúdicas y culturales para la gente del barrio. Tenemos espacios para practicar grupal e individualmente deporte. Tenemos espacios verdes razonablemente cuidados (y también los tenemos descuidados, como en toda la ciudad). Tenemos un centro social lleno de vida asociativa y de actividades. En el Consejo de Barrio se ha propuesto y se ha aprobado la contratación de profesionales para trabajar la interculturalidad, dejemos que lleguen y puedan hacer su trabajo.

Le guste o no le guste a la gente del Partido Popular de Guadalajara, y a la supuesta vecindad que le ha trasladado esa idea de peligrosidad de la población extranjera, somos seres migrantes. Llegará quién asuma la justicia por su mano. Es el mismo modus operandi de siempre: se castiga a un grupo, normalmente indefenso y minoritario, por lo que hace uno de sus miembros. La violencia racista y xenófoba se mantiene así.

El racismo y la xenofobia crecen sobre la ignorancia de las personas. La obsesión por distinguir a la gente y destruir el sentimiento de barrio, también.

Alejandro Moreno Yagüe

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