Jorge Riendas y Susana Martínez, portavoz en el Ayuntamiento y presidenta de AIKE respectivamente, han presentado este jueves su propuesta ambiciosa para las naves del Fuerte. Proponen desarrollar allí un complejo dedicado a la creación cultural (cine, danza, artes escénicas, música, escultura, fotografía, folclore, videoarte…) «donde las diferentes edificaciones se complementen y generen un espacio cultural donde interactuar y generar redes». También reclaman «programas de residencias artísticas a nivel nacional e internacional en colaboración con universidades e instituciones europeas».
«Ya se vienen utilizando algunos de los espacios del Fuerte por productoras que quieren grabar tanto en exteriores como interiores del complejo, pero no disponemos en Guadalajara de una oficina o punto de referencia que se encargue de todo lo relacionado con el cine y los rodajes. Por ejemplo, desde esa oficina podría gestionarse la actividad cinematográfica que se desarrolle, pero no sólo los rodajes que se produzcan en El Fuerte, sino todos los que puedan realizarse en localizaciones ubicadas en nuestra ciudad, tanto los que ya se recogen en la Film Commission de Castilla-La Mancha, como en el resto de espacios que disponemos con rico valor escénico, como el Poblado de Villaflores, o la ribera del Henares y paisajes de la Finca de Castillejos… tenemos muchos espacios que podrían también ofrecerse de manera planificada y coordinada», ha indicado Riendas.
Susana Martínez resalta que «los edificios que existen en El Fuerte deben preservar su identidad, creemos que las actuaciones que se vayan a acometer deben ser poco intervencionistas, respetando el origen por el que fueron concebidos los edificios y su entorno, manteniendo su esencia y utilizando esa peculiar identidad como hilo conductor de los diferentes espacios y edificios que hay en El Fuerte».
Consideran que el taller de forja y electricidad podría servir, por ejemplo, como espacio escénico para nuevas creaciones y para la programación y ensayo de artes escénicas de vanguardia, «las cuáles no pueden desarrollarse en los espacios que ya tiene la ciudad, como el Buero o el Moderno», destacan.
También proponen que el baluarte o cuerpo de guardia se utilice para la generación de espacios de menor tamaño «pero igual de necesarios para el ensayo y trabajo para artes minoritarias» como danza, folklore o escultura.
Riendas cree que «la maestranza de ingenieros, por su centralidad en el complejo, parece estar abocada a ser ese edificio de oficinas, gestión y difusión tan necesario para un proyecto de esta índole. Además, tanto el claustro anexo a la iglesia como las viviendas adosadas de los antiguos trabajadores del Fuerte ofrecen unas inmejorables condiciones para convertirse en esos edificios llenos de vida tan necesarios, y que den sentido a un nuevo Fuerte con actividad tanto diurna como nocturna. Estos espacios servirían para ser ofrecidos a artistas becados, tanto estudiantes, amateurs o profesionales, con residencias artísticas a cambio de mostrar las obras que creen durante su estancias, o a la presentación de sus obras en la ciudad, o la entrega de alguna de sus creaciones para el municipio».
Los edificios más amplios anexos del TYCE, las naves, se reservarían para «crear lugares de trabajo multidisciplinar y que tengan posibilidad de ser utilizados como espacios versátiles y adaptables según las necesidades marcadas en cada momento desde la oficina de gestión que se ubicaría en pleno pulmón del Fuerte».