Como si se hubiera puesto en marcha una máquina de hacer obras, el Ayuntamiento de Guadalajara lleva semanas salpicando la ciudad de zanjas y maquinaria. La que se inicia el lunes durará más que el resto, puesto que se trata de vaciar el espacio existente entre el instituto «Brianda de Mendoza» y el cementerio. Es lo que técnicamente se ha definido como «aparcamiento disuasorio», más exactamente un sótano y una planta baja que aportará 400 plazas nuevas, previsiblemente de de pago, donde ya existían 242, gratis, y con un gasto de 3 millones de euros de dinero público. Por 158 plazas y al calor de la Zona de Bajas Emisiones, todo lo anterior.
Si las cuentas están bien echadas, el plazo para llevarlo a cabo es de 18 meses. Con esas condiciones, la cinta inaugural, si la hay, no se cortará en este mandato municipal, sino en el siguiente, a finales del verano de 2024, como muy pronto.
A escasos metros siguen los trabajos para el nuevo campus, al que aún le quedan años, y también es casi colindante de la Estación de Autobuses, para la cual ya hay proyecto de reforma, recién presentado. Más allá, Miguel Fluiters sigue avanzando en su reforma.
Con el fin de atenuar algo las molestias a los que dejaban su coche en la zona, el Ayuntamiento de Guadalajara anuncia que ha habilitado 170 plazas de aparcamiento en el entorno.
Durante este fin de semana se está produciendo el desalojo y cierre progresivo de gran parte de la explanada junto al» Brianda de Mendoza», sobre la que se empezará a construir «de forma inminente», aseguran desde el Ayuntamiento.
Por ahora se podrá seguir estacionando en parte de la explanada, «aunque será de manera intermitente y en función de la etapa en la que se encuentren los trabajos». En esta primera fase, habrá espacio para unos 50 coches en el tramo de la calle Hermanos Fernández Galiano que linda con dicha explanada, y dentro de la misma, a lo largo de todo el vallado del «Brianda».
Más problemas para el tráfico
Durante el periodo de tiempo que duren las obras, la calle Dos de Mayo perderá un carril en cada uno de sus sentidos de circulación, desde el cementerio municipal hasta la avenida Pedro Sanz Vázquez, donde se permitirá el estacionamiento a ambos lados, de la misma manera que durante el dispositivo especial de Todos los Santos.
Además, las obras forzarán a que durante este tiempo sí esté permitido el aparcamiento en uno de los márgenes de la calle Río, donde existe capacidad de estacionamiento para 36 vehículos.
De forma temporal, se suspenderá la zona verde de la calle Alvarfáñez, al lado de los jardines del palacio del Infantado. El Ayuntamiento insiste en que hay «aparcamiento alternativos como el de la calle Dos de Mayo junto al propio cementerio, con capacidad para 52 vehículos; el de la avenida Pedro Sanz Vázquez frente al zoo, con 102 plazas o los de la misma Avenida Pedro Sanz Vázquez junto al Edificio de Servicios Múltiples y el de la Avenida del Ejército junto a la Comisaría de Policía Nacional».
Una obra con freno y sin marcha atrás
Con la vista puesta en la Zona de Baja Emisiones que desde 2023 tiene, en teoría, que ser aplicada para limitar la circulación en el centro de la ciudad, ya hay en marcha un nuevo proyecto de aparcamiento, al que llaman «disuasorio», en Guadalajara. No estará abierto, presumiblemente, hasta bien entrado 2024.
El Ayuntamiento estaba dispuesto a gastarse en esta operación más de 4 millones de euros y que finalmente se han quedado en 3 millones en el momento de la adjudicación final… puesto que un primer intento vino acompañado de errores administrativos graves.Buena parte de ese dinero se detrae del que llega a España desde Europa, a través de los omnipresentes fondos Next Generation.