Abelardo Mazo Arteaga, brihuego ilustre, ha buceado en la historia de la villa alcarreña para averiguar todo lo posible acerca de uno de sus vecinos más ilustres y, también demasiado desconocido.
El resultado de esa búsqueda queda reflejado en las siguientes líneas:
Eugenio Bartolomé y Mingo, yo me preguntaba ¿quién era este señor que en Brihuega tiene una calle a él dedicada? Todo sucedió el 16 de agosto de 2021 en la mañana cuando un amigo llamado Juan C. Viejo Cortijo me dijo que averiguara por la prensa provincial que año no había habido encierro en Brihuega el 16 de agosto aparte de 2020 y 2021 y los años de aquella fatídica guerra.
Lo primero que hice es buscar en El Briocense, por su puesto en Nueva Alcarria no encontré nada y no encontré nada porque entonces no se editaba, seguí por Flores y Abejas, y en agosto de 1924 encontré el programa de Fiestas que el Ayuntamiento confeccionó para celebrar las dedicadas a la Virgen de la Peña, llamándome la atención que efectivamente el 16 de agosto de 1924 no iba a haber el tradicional encierro de toros por el campo, ello había sido sustituido por un homenaje que Brihuega dedicaría a dos ilustres hombres, (siendo el encierro el día 17 soltándose cinco novillos-toros en lugar de cuatro) uno natural de Brihuega como D. Antonio Pareja Serrada, nació en Brihuega en 1842 y murió en Madrid el 4 de septiembre de 1924 a la edad de 82 años, en el número 17 de la calle de Santa Feliciana, siendo enterrado en el Cementerio de la Almudena de esa capital, posteriormente trasladándose sus restos al cementerio de su querida Brihuega el 13 de octubre de 2007 cumpliendo de este modo con sus deseos. Todo ello gracias a la labor y trabajo de María José Sánchez Moreno y Gabino Abanades Guerrero, director de cementerio de la Almudena de Madrid, siendo alcaldesa de Brihuega Adela de la Torre de Lope,
D. Antonio tenía una calle en Brihuega que fue sustituida después de la guerra civil, dándole el nombre de Avenida de José Antonio y después figura en el callejero como Constitución, a raíz de traer los restos mortales a Brihuega, lo que en la Villa se conocía como “camino nuevo” detrás de la Fabrica de Paños se descubrió una placa con el nombre de D. Antonio Pareja Serrada, así el daño quedo subsanado.
Su formación académica se inició en el Instituto General y Técnico de Guadalajara graduándose con el título de Bachiller el 4 de octubre de 1861. Después completaría sus estudios en Madrid, donde se licenció en Filosofía y Letras. Fue allí en la capital de España donde tuvo su residencia habitual, aunque, como muchos eruditos alcarreños de la época, regresaba cada verano a su ciudad natal, al morir su primo Juan Catalina García López que fue el primer Cronista Provincial, la Diputación, nombro a Pareja Serrada como su sucesor. D. Antonio Pareja Serrada es conocidísimo y de él se ha escrito mucho por ello me voy a referir a Eugenio Bartolomé de Mingo.
Era natural de Argecilla, pero vinculado a Brihuega durante unos años por motivo de profesión, concretamente desde el 2 de febrero de 1869 que tomo posesión de la plaza de Maestro de Escuela Superior de Brihuega hasta 1979 que se le concedió la plaza de Maestro-Regente de la Escuela Modelo de Párvulos, llamada Jardines de Infancia, precisamente para practicar en nuestro territorio la metodología del pensador alemán Federico Froebel, cuya doctrina seria apadrinada por diversos intelectuales. Eugenio Bartolomé y Mingo había nacido en Argecilla el 19 de marzo de 1843, (aunque en otros lugares figura el año de nacimiento de 1839) falleciendo en Madrid el 9 de enero de 1920.
Eugenio Bartolomé y Mingo personaje que nos ocupa, vivió el destronamiento de Isabel II, la I República, la Restauración, los conflictos de España en los primeros años del siglo XX, así como la debilidad de las Escuelas Normales del Magisterio, se debe de tener en cuenta que por aquel entonces el sistema educativo dependía de las entidades municipales, fue una persona que supo incorporar en su vida las influencias innovadoras de una nueva metodología parvulista y el instinto, emprendedor que iniciaron un grupo de personas en el método Froebel ismo. Obtuvo por oposición el cargo de director de los Jardines de la Infancia, escuela de párvulos sistema Froebella primera de esta clase establecida en España y que creó el conde de Toreno. Se jubiló en 1918. Autor de numerosos artículos en revistas y periódicos, escribió libros como Gramática castellana y La enseñanza de los adultos. Próximo a los círculos krausistas, fue director de la Revista Pedagógica. Fue una persona trabajadora y colaborador infatigable con numerosa instituciones benéfico caritativas y culturales, lo que hoy llamamos asociaciones como la Sociedad Protectora de los Niños y El Fomento de las Artes.
La villa briocense se incorporó tempranamente al movimiento normalista que había generado en España la creación de la primera Escuela Normal Central en Madrid en 1839, según datos de la Comisión Superior de Instrucción Primaria de la provincia de Guadalajara correspondiente a julio de 1845 dos alumnos de Brihuega asistieron a la Escuela Normal alcarreña, con actitud mediana y conducta buena, uno era pensionado e interno, el otro no era pensionado y externo.
D. Eugenio Bartolomé fue muy en Brihuega y, el también quiso mucho a Brihuega y a los brihuegos, eso se puede leer el periódico local LA ALCARRIA ILUSTRADA donde en 1902 escribe “Con los brihuegos he vivido los mejores años de mi juventud; a ellos he dedicado mis modestísimas energías intelectuales, en aquella edad en que se trabajaba con verdadera ilusión; y sus glorias y sus padecimientos se identificaron muy pronto con mi manera de ser, obedeciendo, sin duda, a una especie de determinismo fenomenal que arrastra con fuerza insuperable”. De su propia pluma conocemos otras iniciativas llevadas a cabo en la villa que no habían sido divulgadas, se creó un grupo de teatro infantil, “venía a ser una continuación de la escuela”, una Sociedad dramática “en la que formaban parte ilustrísimas y encantadoras señoritas y cuantos jóvenes dedicábamos al recreo honesto las horas que dejaban libres dedicadas al estudio”, y finalmente un Centro educativo del obrero.
D. Eugenio escribió infinidad de artículos y conferencias publicados en la revista que el fundo y dirijo LA ESCUELA MODERNA, además de en otras varias, son varios los libros que publico como: “GRAMATICA CASTELLANA, PARA USO DE LAS NIÑAS”. “EL LIBRO DE LOS PARVULOS Y LOS ADULTOS”. “TRABAJO MANUAL EN LA OBRA DE LA EDUCACION”. “MEMORIA DEL CONGRESO PEDAGOGICO DE ALBACETE”. “CANTOS ESCOLARES”. Así como un largo etcétera.
Numerosos fueron los homenajes recibió el personaje al jubilarse ya en Madrid, por parte de compañeros e instituciones, pero el que más le lleno y del que más orgulloso se sintió fue el que BRIHUEGA le tributo, en plenas Fiestas del pueblo, el día del encierro de toros y con un ilustre hijo de la villa, el 16 de agosto, el día más importante de las Fiestas, después del día 15 de la festividad de la patrona de Brihuega, la virgen de la Peña. Los toros tuvieron que esperar hasta el día siguiente.
Antes de terminar recordar que hay un dicho que dice “las calles y plazas son de los que vengan” y que verdad es, a D. Eugenio no le han movido la calle, si a D. Antonio, aunque después se le restituyo y trajeron sus restos a Brihuega. (como aclaro más arriba) Todos estos datos y más los puede encontrar el lector en el libro de Antonio Molero Pintado escrito sobre LA FIGURA DE EUGENIO BARTOLOMÉ Y MINGO. Bases para una Historia de la Educación Infantil de España.