¿Quién de entre tus conocidos ha vivido la experiencia de acercarse a Jerusalén no por turismo religioso sino para visitar museos? Pues no sólo es posible hacerlo, sino que merece el desplazamiento.
A escasas cuatro horas en avión desde España, la ciudad acoge algunos espacios donde se puede profundizar en la historia de esta urbe de más de 3.000 años. Te decimos cuáles son los más destacados, para que organices a tu gusto:
Museo del Holocausto: Con una entrada austera y sin decoraciones ni florituras, este museo es un lugar solemne, tristemente famoso e histórico. Un monumento a la memoria de las víctimas. Este museo alberga en sus salas fotografías, videos, maquetas, cartas, objetos personales y otros enseres de las personas que fueron asesinadas durante la Shoah.
Para verlo en profundidad se requiere un día entero. Una de las zonas más sobrecogedoras es el Yad Layeled, dedicada a los niños. En una sala oscura, pequeñas luces recuerdan a todos los infantes, mientras la megafonía –como si de una letanía se tratara– repite sus nombres.
Museo Torre de David: 4.000 años de historia en un museo. Un viaje desde la primera evidencia de la ciudad, en el segundo milenio a.C. hasta la actualidad. Vídeos, hologramas, maquetas y mapas ayudan a descubrir la importancia de esta ciudad cuna de las tres religiones monoteístas y que ha estado en los anhelos de millones de personas a lo largo de los siglos.
Aunque el museo se ubica dentro de la Torre de David, no fue este monarca quien la erigió, sino Herodes el Grande, que dejó su impronta por todos sus dominios. Antes de abandonar el museo es obligatorio disfrutar de las vistas desde su terraza, que regalan una panorámica 360.
Museo de Israel: Considerado como uno de los mejores museos del mundo, entre sus paredes se recogen exposiciones –permanentes y temporales– que guían al visitante a un impactante viaje desde la arqueología hasta el arte contemporáneo. Hay dos cosas que no se pueden dejar de ver: la gigantesca maqueta de la ciudad de Jerusalén, de la época del Segundo Templo, y el Santuario del Libro, donde se encuentran parte de los famosos Rollos del mar Muerto, que datan entre los años 250 a. C. y 66 d. C.
Otros museos de la ciudad: El Museo de la Música Hebrea, único en el mundo, permite escuchar en sus siete salas la cultura musical original de los lugares donde las distintas comunidades judías se asentaron después de la Diáspora. Situado en la calle más popular del barrio de Najalat Shivá, propone a sus visitantes una experiencia interactiva a través de unas gafas de realidad virtual y guiados por el guía Saba Levi (El abuelo Levi)
Otro museo de la ciudad es el Arqueológico Wohl. Ubicado a unos pocos metros por debajo del nivel de la calle, este museo proporciona una idea de lo que quedó sepultado bajo las calles de la Ciudad Vieja. Expone además los restos de seis casas de la época de Herodes (37-4 AC). Se exhiben cerámicas, pinturas, mosaicos y baños rituales.
Y dos últimas recomendaciones en el ámbito religioso. De un lado, el Museo de Arte Islámico, con una extensa y valiosa colección de relojes, orfebrería, armas antiguas y alfombras. Y, por otro lado, el Museo de las Tierras de la Biblia, que presenta un repaso por la cultura y civilizaciones del antiguo Oriente Próximo.