El pleno del Ayuntamiento aprobaba este viernes por unanimidad la nueva Ordenanza reguladora de tenencia y protección de animales de la ciudad. El nuevo texto supone un incremento más que sustancial en las sanciones por dejar excrementos de perro sin recoger en la vía pública. También obliga a los dueños a rociar la orina de sus animales con vinagre diluido en agua o alguna sustancia similar.
La modificación de la ordenanza, que incluye enmiendas presentadas por los grupos Unidas Podemos; Partido Popular y Aike; entrará en vigor previsiblemente a finales del mes de diciembre después de ser publicada en el Boletín Oficial de la Provincia y someterse a un periodo de exposición pública.
Los dueños de mascotas que no limpien sus deposiciones en la calle serán multados en Guadalajara, desde finales de año o principios del siguiente, hasta con 3.000 euros frente a los 250 euros de multa que (en teoría) se paga actualmente, al ser considerada esta infracción en la nueva ordenanza como sanción muy grave, en vez de sanción leve.
Las sanciones «leves», de 750 euros
El régimen sancionador de la nueva ordenanza es uno de los cambios fundamentales con multas de hasta 750 euros, 1.500 y 3.000 euros en función de que se trate de una sanción leve, grave o muy grave mientras que en la ordenanza hasta ahora vigente las sanciones eran de hasta 250, 500 y 1.500 euros en función de su gravedad.
Se tipifica como infracción muy grave dejar sin recoger los excrementos caninos en la vía pública, pero también no limpiar los orines con una mezcla de agua con vinagre o productos desinfectantes; la alimentación de gatos, palomas u otros animales por personas no autorizadas para ello, así como provocar ataques por parte de los animales a personas y colocar trampas sin autorización. Las sanciones aparejadas irán de entre 1.500 euros a 3.000 euros.
Los perros no pueden beber de las fuentes
Se considerará infracción grave con multas de entre 751 euros hasta los 1.500 euros, la permanencia del animal durante más de una hora en el interior del vehículo, portar documentación falsa, permitir que el animal beba directamente en una fuente de agua potable o el abandono de animales muertos.
Así, llevar suelto al animal en la calle, no portar bolsas para recoger las deposiciones caninas o no disponer de una botella de agua con mezcla de sustancia higienizante para limpiar los orines, al igual que bañar al animal en fuentes ornamentales o estanques será considerado como una infracción leve con una multa de hasta 750 euros.
Tanto la Policía Local como el Ayuntamiento, a través de los medios de comunicación, comenzará a informar a los dueños de las mascotas sobre esta nueva ordenanza, mientras se tramita la aprobación definitiva de esta ordenanza, que se prevé a finales de diciembre o primeros del próximo año, siempre que no haya alegaciones. Así, cuando concluya este periodo de información se comenzará a sancionar.
Cuidado con alimentar los gatos sin permisos
Por vez primera, la ordenanza también contemplará el protocolo conocido como CES, de Captura, Esterilización y Suelta para el control de las colonias de gatos y habrá multas para personas que sin tener carné de alimentador, alimenten a los gatos, sanciones que pueden llegar hasta también 3.000 euros, al igual que para quien alimente a las palomas en los parques porque esto también genera suciedad y malos olores.
La intención del Gobierno Municipal es actuar frente a las colonias de gatos incontrolados y frente a los problemas de salubridad por alimentarlos en la calle.
Para ello, aunque se suelten los gatos cuando se les esterilice, se les marcará y se llevará un control de los mismos y también habrá un control de las propias colonias para que no se incremente el número de felinos en ellas.
También se quiere controlar la ubicación de colonias, y se va a hacer especial hincapié retirar a sitios discretos aquellas que estén en zonas inmediatas a centros educativos, sanitarios y sociosanitarios, algo que ya figura en el protocolo.
Con esta nueva ordenanza Guadalajara se adecuará a las ordenanzas que ya rigen en otras ciudades de las mismas características que la capital.
Controlar por el ADN, un deseo incumplido
Las sanciones se aplicarán, es de suponer, a aquellos dueños que sean pillados in fraganti por un agente de la autoridad, lo cual casi nunca ocurre. Para mejorar la eficacia, desde hace años se viene barajando una solución aparentemente sencilla, que nunca se lleva a la práctica: identificar preventivamente cada perro de Guadalajara por su ADN y «recolectar» las heces que se encuentren en la calle para su análisis. A la vista de los resultados, se podría multar a los dueños de los perros sin duda posible, aun no habiendo sido la autoridad testigo directo de la deposición.
La idea no es nueva, puesto que ya fue llevada en el programa electoral por el PP de Antonio Román y fue defendida con vehemencia por el concejal Francisco Úbeda. Pero nunca se ha llevado a efecto en la ciudad.
Se proponía un convenio de colaboración con el Colegio Oficial de Veterinarios de Guadalajara para que sea quien tome la muestra al animal para dotarlo de su huella genética, así como la inclusión de los datos de este y del propietario en una base de datos.
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