La Unidad de Ictus del Hospital Universitario de Guadalajara acaba de cumplir su primer año de funcionamiento. Se trata de un servicio muy especial, al atender íntegramente el proceso de atención al paciente con este tipo de daño cerebral, desde los primeros momentos hasta el inicio de la rehabilitación multidisciplinar que ofrece el Instituto de Enfermedades Neurológicas de Castilla-La Mancha (IEN) a los pacientes que por su situación pueden beneficiarse de este tipo de terapia.
En estos primeros doce meses de actividad, la Unidad de Ictus de la capital alcarreña ha atendido a 310 pacientes, mejorando la supervivencia y el pronóstico de los pacientes. Según informó LA CRÓNICA cuando se puso en marcha, se cifraban hasta en medio millar los alcarreños que podrían mejorar sus expectativas de vida en este primer año.
A lo largo de este tiempo la Unidad ha realizado alrededor de 90 trombolisis a pacientes con infarto cerebral. Este procedimiento disuelve los coágulos intravasculares peligrosos para prevenir el daño isquémico al mejorar el flujo sanguíneo, lo que mejora el pronóstico de los pacientes.
Por todo ello, la Unidad de Ictus de Guadalajara se ha hecho ya con un reconocimiento europeo que avala la calidad asistencial en el abordaje del ictus: ha recibido un premio ESO ANGELS de la European Stroke Organisation en la categoría Oro después de una exigente auditoría que mide la mejora de los pacientes con ictus, la eficiencia o los tiempos medios de ingreso. Estos premios reconocen la buena gestión de los hospitales que monitorizan y proporcionan datos que ayudan a la investigación e identificación de puntos de mejora.
Cuatro camas y una atención muy especializada
La Unidad de Ictus de Guadalajara tiene cuatro camas y está coordinada por un neurólogo. El paciente que sufre un ictus es atendido inicialmente en Urgencias y en su Unidad de Vigilancia Avanzada. De ahí pasa a la Unidad de Ictus o a un centro de referencia si precisa cirugía.
Los pacientes permanecen en la Unidad de Ictus durante un periodo que oscila entre las 24 y las 72 horas antes de pasar a hospitalización convencional. En este tiempo son monitorizados de forma constante por personal especializado que vigila su nivel de tensión arterial, saturación, vigilancia del sangrado, nivel de consciencia o disfagia.
En palabras del jefe de Neurología del Área Integrada de Guadalajara, el doctor Antonio Yusta, “la vigilancia y atención constante que se da en una unidad de este tipo a cargo de profesionales especializados está permitiendo reducir tiempos de ingreso hospitalario y también reducir ingresos en una unidad neurorrehabilitadora como es en Guadalajara el IEN”.