El día de San Ignacio de Loyola de este 2022 había en la provincia de Guadalajara 11.049 personas a la espera de ser atendidos en el hospital de la capital alcarreña, bien para ser operados, bien para ser vistos por un especialista o bien para que les hicieran una prueba diagnóstica. Son los datos cerrados a 31 de julio.
Teniendo en cuenta el número de los que viven en esta provincia, significa que 1 de cada 24 no sólo es paciente, sino que también tiene todo el derecho a ser impaciente, por formar parte de las tan traídas y llevadas «listas de espera» de la Sanidad Pública. En la privada también las hay, pero esas no computan.
Menos esperas que antes del COVID
Una de las circunstancias más curiosas es que, según el SESCAM, las demoras son mucho menores que antes de la pandemia de coronavirus. En febrero de 2020, cuando estábamos empezando a conocer al ya olvidado Fernando Simón, oficialmente se reconocían 13.082 guadalajareños sin fecha concreta para ser atendidos en los servicios hospitalarios de Guadalajara.
Y puestos a rizar el rizo de los números ofrecidos desde Toledo, recordar que Cospedal se despidió con unas listas teóricamente más bajas que hoy, con 9.963 pacientes, un 10 por ciento menos que las ahora barajadas.
¿Son creíbles las listas de espera?
De un modo o de otro, las cifras ofrecidas por el SESCAM sobre las listas de espera siempre han sido cuestionadas, tanto por los partidos de la oposición, como por los sindicatos profesionales como, sobre todo, por los propios pacientes. Incluso en el que caso de que no hubiera manipulación interesada, los criterios aplicables y los realmente aplicados condicionan las tablas.
Así, según los últimos registros, el mayor «atasco» quirúrgico lo arroja Oftalmología, con nada menos que 1.410 pacientes en lista. No muy atrás están Traumatología (1.093) y Cirugía General y Digestivo (1.005). Sin embargo, la única especialidad que tiene más (im)pacientes hoy que en antes de la pandemia es Angiología/Cirugía Vascular, con 309 personas y también con las mayores esperas, frente a las 246 que aguardaban en febrero de 2020.
Oficialmente, nadie soporta (de media) 144 días hasta que pasa por el quirófano en Guadalajara. Pero como cualquiera sabe, la estadística y sus «medias» las carga el diablo, sobre todo para los más desfavorecidos.
Las consultas que más desesperan
A la luz de los datos oficiales, para pasar por consulta también hay que esperar, pero según y como. Así, Neumología es un visto y no visto, con una dilación de apenas un día, casi lo mismo que Nefrología o que la semana que se tarda en ver al especialista de Cirugía General y Digestivo.
La situación diametralmente opuesta la encontramos en Ginecología, con casi un millar de mujeres en lista, de las cuales la mitad están aguardando desde hace más de dos meses a que las atienda un médico. Las otras tres consultas con mayores y más nutridos atascos son, por este orden, Traumatología, Otorrinolaringología y Oftalmología. La que acumula más retrasos, aunque no más pacientes, es Urología, con una espera media próxima a los tres meses.
Si le han pedido una endoscopia… relájese
En cuando a las pruebas diagnósticas, apenas se deberían tardar 5 días actualmente para una mamografía y menos aún para una prueba de rayos para una consulta genitourinaria. Nada que ver, sin duda, ante los 170 días de media que se alcanzan este verano para una endoscopia digestiva.
Ante esos datos, el Partido Popular de Guadalajara, se expresaba esta semana a través de su portavoz, María Patricio, quien aseguraba que el Hospital de Guadalajara «es el segundo con peores listas de espera de toda la región, solo por detrás del hospital de Toledo».