El secretario general de UGT Castilla-La Mancha, Luis Manuel Monforte, ha valorado el acuerdo alcanzado este martes por los sindicatos UGT y CCOO con el Gobierno central para subir a 1.080 euros el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), un incremento del 8% que «tendrá un impacto importante en nuestra Comunidad Autónoma y es que cerca del 20% de las personas asalariadas de la región se beneficiarán de este nuevo aumento del SMI».
Monforte ha señalado que la medida llega en un «momento crucial» de la economía de Castilla-La Mancha ya que «seguimos padeciendo la crisis inflacionista y la subida de los precios de la cesta de la compra». Así, ha recordado que las personas que cobran actualmente el SMI dedican estos aumentos «íntegramente» al consumo.
«El incremento de los precios durante el último año ha generado una riqueza en las empresas que no ha sido trasladada a los bolsillos de las personas trabajadoras. El aumento del SMI, junto con las subidas de los salarios firmadas en la negociación colectiva, son las herramientas que tenemos los sindicatos para que la clase obrera tenga unos salarios dignos», ha manifestado.
Además, apunta que los anteriores aumentos del SMI han demostrado que la medida no destruye empleo -como algunos auguraban- sino que crea empleo en función de un mejor reparto de la riqueza y una mayor capacidad de gasto de las familias.
En contra del alza del SMI
Randstand, conocida empresa de empleo temporal, ha rechazado el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) acordado entre Gobierno y sindicatos, argumentando que se trata de una medida que podría «lesionar» la contratación en medio de un contexto de desaceleración económico.
En un comunicado, la empresa de recursos humanos ha considerado que se debería de haber contado con «el consenso» de las partes que participan en el diálogo social, en referencia a la ausencia de la CEOE en la reunión convocada para este martes.
Según Randstad, al entorno macroeconómico adverso se está sumando la rigidez de la reforma laboral, que está produciendo «un aumento significativo» en la contratación parcial o fija discontinua y «empuja» a los trabajadores al pluriempleo para compensar las horas no trabajadas y así poder cubrir «sus necesidades económicas».
Un incremento del SMI «sin prudencia ni consenso», entiende Randstad, puede acabar por condenar al desempleo a los colectivos que la medida pretende beneficiar, como los jóvenes, especialmente a los que tienen menos formación.