Según los datos hechos públicos por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y analizados por UGT Castilla-La Mancha, frente a las 14 muertes que hubo en los tres primeros meses de 2022 en la región, este año la cifra de fallecidos ha sido de 9, bajando de 50 a 46 el número de accidentes graves.
Por provincias, donde más ha descendido la siniestralidad ha sido en Ciudad Real, un 15,9%. Aquí se contabilizan un total de 1.396 accidentes, de los que 1.381 fueron leves y 15 graves. No se produjo ninguna muerte en el trabajo.
También bajaron de manera importante en Albacete, un 13,4%. Los trabajadores y trabajadoras de la provincia sufrieron 1.154 accidentes laborales: 1.142 leves, 9 graves y 3 mortales.
En Toledo la siniestralidad bajó un 13,3%. Hubo 2.410 accidentes (2.400 leves, 9 graves y 1 mortal). Y en Guadalajara disminuyó un 3,9%, pues se registraron 1.244 accidentes (1.239 leves, 3 graves y 2 mortales).
Cuenca fue la única provincia que vio cómo incrementaban sus accidentes laborales. Se ha pasado de los 709 que hubo en el primer trimestre de 2022 a un total de 797 en 2023, cerca de un centenar más de siniestros, lo que representa una subida del 12%. De ellos, 780 fueron leves, 14 graves y 3 mortales.
A nivel regional, esta evolución de la siniestralidad laboral ha supuesto, según el sindicato, una reducción significativa de la incidencia de accidentes de trabajo, que sigue siendo de los más elevados del país, solo por detrás de Navarra y La Rioja.
Para el sindicato también resulta preocupante que tres provincias castellano-manchegas estén entre las 10 del país con más siniestros, encabezando este ranking Guadalajara y Cuenca.